jueves, 26 de diciembre de 2013

Grinch.

Como estamos en épocas navideñas, toca hablar de grandes películas navideñas. Pero no todo en estas fiestas es alegre y familiar, sino que el cine nos ha traído a un personaje, entre otros, encargado de robar la navidad y traumatizar así a la generación del 2000. Este bicharraco no podía ser otro que EL GRINCH.

El Grinch es la segunda película navideña más taquillera de la historia (pronto hablaremos de la primera). Dirigida por Ron Howard, cuenta la historia del mismo personaje, interpretado por Jim Carrey, un monstruo feo de pelo verde que intenta robar la Navidad, basado en un cuento infantil de Dr. Seuss.

La historia de El Grinch se desarrolla en Villaquién, un pequeño pueblo situado en un copo de nieve habitado por los Quién. Entre toda la felicidad y alegría propia del pueblo se encuentra un personaje cínico y perverso que vive en lo alto de una montaña, el Grinch, que es obviamente odiado por todo el pueblo. Esta película esconde muchas curiosidades que merecen ser comentadas.

La versión estadounidense cuenta con un narrador de excepción, el mismísimo Anthony Hopkins (Hannibal Lekter, entre otros, para los amigos). Es más, Hopkins grabó toda la narración de las casi dos horas de película EN UN SOLO DÍA.

Sintiéndolo mucho, he de comunicaros que Villaquién no es un apacible pueblo sino que son casi tres kilómetros cuadrados de escenario construido en un plató de Universal y fue obviamente el decorado más grande jamás construido en dichos estudios. Pero no os preocupéis, que para visitarlo no tenéis más que viajar hasta Hollywood y hacer el tour de Universal Studios: es el escenario situado justo detrás del famoso Motel Bates de Psicosis.



Por último, es imposible hablar de esta película sin hacer referencia a la espectacular caracterización de Carrey - aunque no creo que él quiera recordarlo. Nuestro pobre Jim tardaba cada mañana cerca de dos horas en transformarse en el monstruito verde y cerca de una hora en quitárselo al acabar la jornada - de ahí que se autoproclamase como maestro zen de la silla de maquillaje. Es más, ninguna película había usado tanto maquillaje desde 1939, con El Mago De Oz.

Tanto maquillaje, tanto plató, tanto narrador,... Todo para conseguir la segunda película navideña más taquillera de la historia y que consiguió atormentar las navidades de millones de niños en todo el mundo.

martes, 24 de diciembre de 2013

TRUMAN.

Como ya ha intentado demostrar este blog (y seguirá intentando) el cine es algo más que un par de horas en las que echarse unas risas o llorar como una magdalena. Detrás de una película hay una persona encargada del más mínimo detalle, a simple vista imperceptible.

Un ejemplo de esto rodea la película El show de Truman, que, seguramente, muchos conozcáis. La película cuenta la historia de Truman, interpretado por Jim Carrey, un hombre que vive su vida, sin saberlo, dentro de un reality show en que todo lo que le rodea es falso, tanto lugares como personas. El reality tiene un enorme éxito y lleva siguiendo a Truman desde que nació hace treinta años con un canal dedicado 24 horas al afable vendedor de seguros.
Merodear entre las curiosidades de esta cinta, emblema del cine de los últimos años, lleva a la historia detrás de cada uno de sus nombres que no hace más que demostrar una vez más la magia del cine.
En primer lugar, el protagonista de la historia es Truman, que en inglés significa "hombre verdadero" (true man). Esto tiene que ver mucho con el propio personaje ya que, técnicamente, es lo único real de todo el mundo paralelo: él es el único que no sabe que su vida no es más que una pantomima y que nada de lo que le rodea es verdadero.
 El mundo de Truman se desarrolla en Seahaven, "refugio en el mar" en la lengua de Shakespeare. No quiero desvelaros el final de la historia pero digamos que esto tiene bastante que ver con la historia, ya que el miedo al mar de Truman es lo que le impide salir de su ciudad y, por lo tanto, descubrir la realidad.
Además, el lema de Seahaven es el lema de la película en sí misma: Omnis pro uno (Todos para uno) Teniendo en cuenta que en la película miles de personas se han movilizado para construir un mundo paralelo entorno a un único personaje, Truman, este lema adquiere especial significado.
Detrás de todo este reality show, se encuentra Christof, productor del programa, que no es más que una abreviación de Christofer (El que lleva al mesías). En efecto, Christof es el encargado de manipular y dirigir la vida de Truman, considerado un héroe, en el sentido más literal.

Como veis, el cine llega muchas veces más lejos de lo que todos imaginamos y se vuelve un arte de escritura, imagen y sonido digno de admirar. Gracias Peter Weir, director de la película, y a su guionista, Andrew Niccol, por hacernos una vez más creer en el séptimo arte.

F. P. S.

Mucho tiempo de espera, lo sé, pero espero que esto pueda compensar la espera.

¿Quién no ha oído hablar en estas Navidades de El Hobbit: La desolación de Smaug, lo nuevo de Peter Jackson? Se trata efectivamente de la segunda parte de la segunda saga de Jackson que sigue a Bilbo Bolsón en su viaje con Gandalf y los trece enanos.

Como ya haría la primera parte de la saga, La desolación de Smaug puede suponer una experiencia totalmente nueva en el cine que se resume en tres letras, HFR. Seguro que muchos os habéis preguntado qué significan exactamente estas letras además de unos euros más en la taquilla de cine. El secreto está en los fotogramas por segundo. Para que os hagáis una idea, lo normal en una película son 24 fotogramas que pasan por cada segundo de película. Bien, pues Peter Jackson, como ya lo haría con la primera parte de la saga, revoluciona los fotogramas por segundo y, nada más y nada menos que lo dobla. Así es, por cada segundo de la sesión HFR de El Hobbit: La desolación de Smaug transcurren ¡CUARENTA Y OCHO FOTOGRAMAS!
Esto suponen por lo tanto el doble de detalles que apreciar, lo cual es tarea dura para el director. La primera parte, El Hobbit: Un viaje inesperado, ya sufrió las críticas propias de cualquier innovación. En este caso, se decía que Peter Jackson no había sabido aprovechar bien este número de fotogramas y que el mayor detalle también conllevaba una mejor apreciación de cualquier error, aunque minúsculo.
Jackson dice haber mejorado la tecnología para esta nueva entrega. ¿Qué pensáis? ¿Cómo veis esta nueva imagen?


jueves, 14 de noviembre de 2013

Pequeño Jim.

Trompe l'oeil significa para los franceses "engañar a la vista" y si algo sabe hacer el séptimo arte es engañarnos a todos, como ya hemos visto con otros ejemplos. Con su magia, el cine es capaz de resolver cualquier problema. ¿Que no podemos sacar un plano de Londres hace unas décadas? Pues lo pintamos. ¿Que queremos sacar a Jim Carrey con seis años? Pues jugamos con la perspectiva.
Espera, espera... ¡¿CÓMO?!


Me explico. Olvídate de mí es una película de Michel Gondry, caracterizado por hacer películas cuanto menos extrañas (La ciencia de los sueños, La espuma de los días,...). Esta película presenta a Jim Carrey y Kate Winslet, antes enamorados, que ahora intentan olvidarse el uno al otro mediante un complejo sistema de borrado de memoria. La película presenta pues numerosos flashbacks y demás saltos en el tiempo que confunden al espectador.

Uno de estos flashbacks se remonta a los seis añitos del protagonista, Jim Carrey. Se plantea entonces el problema de cómo hacer un flashback en el propio Carrey. Utilizar a un niño actor que se pareciese era demasiado fácil por lo que Gondry prefirió utilizar a... ¡Jim Carrey, claro!

Como el director explica en el vídeo, no es más que un juego de perspectiva. El niño aparece sentado bajo una mesa. Para conseguir pues que los casi dos metros de Carrey cupiesen debajo de dicha mesa ésta se inclinó, de tal forma que sea más alta lado donde está sentado el actor. Entra en juego entonces un truco de perspectiva con la cámara para que esta inclinación no sea evidente para el espectador.

Nos engañan como a bobos, verdad? Esta y otras triquiñuelas es lo que el cine llama TROMPE L'OEIL.

martes, 12 de noviembre de 2013

Pandora.

Os presento Avatar, la película que revolucionó el mundo del cine, una vez más gracias a la cabecita de James Cameron, que hace ya unos añitos haría llorar a propios y extraños con la historia de amor entre Jack y Rose. Y bien, esta vez no hay barcos, no hay icebergs y mucho menos violinistas. Lo que tenemos delante cuando damos al Play no es nada más y nada menos que Pandora, un mundo completamente imaginario habitado por seres completamente imaginarios y hasta poblado de flora completamente imaginaria.
En 2009, James Cameron cambiaba el mundo del cine y popularizaba a nivel comercial lo que antes parecía impensable: ir al cine con gafas y sentir a los mismísimos navi's a un palmo de ti. Efectivamente, Avatar dio al cine ese último empujoncito hacia lo que es hoy la proliferación del 3D. Quizás es por eso que se convirtió en la película con mayores beneficios de la historia del cine, justo antes de Titanic - será la varita Cameron. Además, se convirtió en la película que más rápido alcanzó los mil millones de dólares de recaudación - tan solo diecisiete días después de su estreno - lo cual consiguió compensar los 300 millones de dólares que costó aproximadamente.
Además, Avatar se llevó el Oscar a mejores efectos especiales, mejor dirección de arte y mejor fotografía. Y no es para menos. Y es que el mundo que esconde Avatar es una joya para cualquier amante del cine - y no me refiero sólo a Pandora. Esta película estuvo bajo la mente Cameron más de quince años hasta que por fin vio la luz, y no sólo por lo que se tardó en hacer, sino por lo que costó a Cameron convencer a alguien tan valiente como para arriesgarse con esto. Llegó a obsesionarse tanto con este proyecto que no pudo llevar a cabo ninguno de las otras ideas que tenía en mente en los quince años que separaron a sus dos grandes éxitos. Pandora no sólo son alienígenas y plantas fosforitas; Pandora cuenta con su propio idioma, creado por el lingüista Paul Frommer, que los actores tuvieron que aprender al dedillo.
Lo curioso de Avatar es la forma de recrear todo este universo. El film está protagonizado por el entonces desconocido Sam Worthington, Zoe Saldaña, la veterana Sigourney Weaver, Stephen Lang y Michelle Rodriguez. Sin embargo, lo curioso de esto y que probablemente otorgó a Avatar su estatus de Mejor dirección de arte es el hecho de que técnicamente ellos no son los protagonistas puesto que no son quien vemos en pantalla. Me explico. Cada actor prestó su voz, sus movimientos y sus rasgos al personaje... PERO NO SU IMAGEN! En efecto, cada actor rodó sus escenas envuelto entero en parches de movimiento que daban forma a los alienígenas de Pandora. Además de prestarles su voz, cada uno de estos extraños seres fue concebido inspirándose en su alter ego. Por lo tanto, los actores prestaban sus movimientos a unos diseños detalladamente trabajadados y es así como protagonizaban la cinta.
Una vez más os lo digo, esto es la magia del cine. ESTO ES PANDORA.


lunes, 11 de noviembre de 2013

En busca de.. El verdadero Chris Gardner.

Sabido es por todos - y sino, os invito a comprobarlo - lo buena y emotiva que es la película En busca de la felicidad (2006), protagonizada por Will Smith e hijo. Si bien en su día, la película fue subestimada y sobre todo la actuación de Smith, merecedora de una nominación al Oscar que no recibió. Esta película ha sufrido el mismo fenómeno que sufrió en su día Cadena Perpetua (1994), que en el cine no tuvo tanto éxito como en televisión y hoy en día es considerada una de las mejores películas de la historia del cine, o la mismísima Casablanca (1942).
La película cuenta la historia de Chris, un padre que invierte todos sus ahorros en unos escáneres que debe supuestamente vender a médicos y hospitales. Sin embargo, el negocio es un fracaso y sume a su familia en una bancarrota que provoca la marcha de su mujer. Entonces conoce a un gestor, consigue resolver un cubo de Rubik delante suyo - que, recién salido al mercado, parecía imposible -, y persigue entonces su sueño de ser corredor de bolsa.
Lo que pocos sabemos es la existencia de un Chris Gardner real. En efecto, la película es una adaptación del libro de memorias que el propio Gardner escribió. Hoy en día, Gardner da conferencias sobre su salto al mundo de los millonarios. Y es que si algo consigue Gardner es motivar y no hay más que ver la película que le homenajea y comprender cada uno de sus mensajes para darse cuenta de la fuerza motivadora del americano.
Escucha atentamente su filosofía de vida, reflejada por una citación de Smith en la película:
Que nadie te diga que no puedes hacer algo.

REDRUM

Hay actores y actrices que consiguen meterse en la piel de sus personajes. Eso está claro - ya vimos el caso de Robert De Niro. Eso es bueno para quien ve esa película, para quien la dirige, para quien trabaja en ella. Sin embargo, esto puede ser también muy peligroso.
Personalmente, Jack Nicholson siempre me ha dado cierto miedo, no nos engañemos. Por eso no me ha extrañado el porvenir que ha esperado a la pobre mujer que fue su esposa durante los meses que duró el rodaje de uno de los papeles más espeluznantes de Nicholson: nada más y nada menos que El Resplandor de Stanley Kubrick.
De esta película no sólo perdura el gran doblaje que quedará para la posteridad, con Verónica Forqué entre otros - rodaje que por cierto dirigió el propio Kubrick. Y es que Shelley Duvall, Wendy Torrance, flamante esposa del protagonista, no salió muy bien parada de aquel rodaje.
Al parecer, el ambiente del rodaje era infernal; además, Stanley Kubrick, como todo buen genio, es un director muy exigente. Después de este rodaje, Duvall acabó con una gran depresión, con la que llegó incluso a perder pelo. Y encima, si después de aguantar un rodaje de estos, acabas siendo nominada al Razzie, los anti-Oscar, a la peor actriz del año... Apaga y vámonos. Después vendría su papel de Olivia en Popeye (1980) que, a pesar de ser su personaje ideal, supuso también un fracaso de crítica y público.
Tanto fracaso le hizo cambiarse de bando y meterse en producción y guión. Es así como consiguió que su serie infantil Cuentos de hadas se mantuviese cinco temporadas en antena, lo que parecía un soplo de aire fresco para la malograda actriz y que le animó a más producciones animadas, como Grandes cuentos y leyendas o Cuentos para dormir de Shelley Duvall. Sin embargo, no aparcó del todo la actuación y siguió con alguna intervención esporádica en películas de no demasiada calidad, como Suburban Commando. Su último papel en el cine no llegó a España; fue en Manna From Heaven, en 2002,
Siete años más tarde, los medios comenzaban a hacerse eco de ciertas alarmas respecto al estado de la salud mental de la señora Torrance: según parece, ésta estaba convencida de que unos alienígenas se colaban en nuestro mundo a través de un portal secreto situado en su jardín... Ahí es ná. Es por ello que, según aseguran sus vecinos, se pasaba noches en vela haciendo guardia e intentando comunicarse con dichos marcianos encendiendo y apagando las luces de su coche
Un año después, ella misma desmintió todo esto en una entrevista y afirmó haberse mudado a Texas después de que su casa de California quedase destrozada por un terremoto. Afirmó además dedicar su tiempo a sus mascotas y leer poesía. Entrañable...

P.D: Por si El Resplandor os pilla algo lejos...



miércoles, 30 de octubre de 2013

Kimba, digo Simba.

¿Quién no recuerda a Simba, Mufasa, Nala o Zazú como reyes indiscutibles de nuestra infancia? La ganadora del Globo de Oro en 2005 a Mejor Película en la categoría Comedia o Musical fue y es aún hoy una de las películas más emblemáticas de la factoría Disney. El Rey León nos trajo a todos nuestro primer gran trauma pero también nos hizo vibrar con sus canciones, que todos aún hoy conocemos a la perfección.
El Rey León, además, es, en principio, y digo bien en principio, la primera película original de Disney, que antes basaba todas sus historias en viejos cuentos. ¿Por qué digo "en principio"? Muy sencillo. Mientras que los productores de la cinta citaron como referencias algunas historias del Antiguo Testamento y Hamlet, de Shakespeare, en Japón, los creadores del anime de los años sesenta Kimba, el león blanco no opinan lo mismo. El nombre de los protagonistas es una de las similitudes más evidentes entre ambas: por un lado, los japoneses tienen a Kimba, mientras que el mundo occidental adora a Simba (aunque según Disney, "simba" se refiere más a la traducción en suajili de la palabra "león"). No sólo de nombres va la cosa, también ciertas historias dentro de la trama, como la del pájaro (el Zazú de Disney) acompañando a los protagonistas también se había visto antes por Japón, así como el simio consejero (Rafiki) o el grupo de hienas. Además, los japoneses también tuvieron su propia aparición post-mortem, como hace Mufasa en el cielo en la cinta de 1994. Todo esto no son más que coincidencias para los de Disney y alegan no haberse enterado de todo el lío montado hasta bien estrenada la película, cuando se encontraban en Japón de gira promocional.
Hay gente que dice que nada es real hasta que no aparece en Los Simpson. Y bien, en Springfield también se percataron de esta "inspiración nipona" que incluyeron en su escena-homenaje.


P.D: Lo siento por desmontar una vez más un mito de vuestra infancia.

martes, 29 de octubre de 2013

MacGuffin.

Hoy vamos a aprender un término muy utilizado por grandes directores como Hitchcock o Tarantino. Se trata del MacGuffin. Esta es la forma que tiene el cine de denominar a esos objetos que tanto molestan al espectador - parece que son importantes porque captan su atención y luego no resultan ser nada. A todos nos ha pasado, ¿verdad? Técnicamente, un MacGuffin es un elemento de suspense que ayuda a los personajes a avanzar en la trama pero que no tiene más relevancia. Este término fue creado por el propio Hitchcock que es un asiduo en esto de jugar con la percepción de sus espectadores.
Desde el cerdo de la película de Los Simpson, que desaparece a mitad de película sin dejar rastro, hasta la famosa madre de Como Conocí a Vuestra Madre, que si bien es la excusa para toda la serie, no tiene mayor relevancia en ella y no aparece hasta la última temporada, este tipo de elementos son una práctica más que habitual en el cine y televisión.
Uno de mis favoritos procede de una de mis películas favoritas de uno de mis directores favoritos, que no podía ser otra que Pulp Fiction, del gran Quentin Tarantino. Seguro que todos, tras haber visto esta película, recordamos el famoso maletín que nos persigue. El contenido de este maletín ha sido objeto de debates, cábalas, polémicas y hasta preguntas al mismísimo director. ¿Su respuesta? "Lo que hay en el maletín es lo que cada cual piensa que hay." Lo siento Quentin, pero nos quedamos igual. Los sabios de foros y demás lugares de reunión han llegado a hacer alusión al alma de Marcellus Wallace como el contenido del susodicho - por las distintas referencias bíblicas que rodean las escenas con el maletín. Podemos pues hablar aquí, como el propio director reconoció, que se trata de un MacGuffin que no necesitaba tanta reflexión. Este maletín ayuda a avanzar la trama y a los dos personajes principales, es decir, Jules y Vincent, y las distintas escenas provocan la expectación en el espectador. Sin embargo, una vez llegados al final de la película, nos damos cuenta que el maletín no tenía más importancia que esa, que la de crear expectación pero que ni el objeto en sí ni su contenido tenían verdadera relevancia.
El coautor de la película, Roger Avery, reconoció que "originalmente el maletín contuvo diamantes. Pero simplemente era demasiado aburrido y predecible. Así que se decidió que el contenido del maletín nunca sería revelado. De esta manera cada persona del público llenaría el espacio en blanco con su propio contenido. Lo que se suponía era que la audiencia tuviera en mente es que era algo "muy hermoso". Ningún jefe de utilería puede proponer algo mejor que la imaginación de cada individuo." Digamos pues que a Avery le hizo gracia jugar con nuestra imaginación y nuestro amor por Pulp Fiction.

El maletín de Pulp Fiction es pues un simple elemento de MacGuffin que hoy en día se ha convertido en uno de los grandes misterios del cine, debatido por propios y extraños. No hay más que ver esta imagen para darse cuenta de la importancia de la gracia.




jueves, 17 de octubre de 2013

Toto, we're not in Kansas anymore!

¿Quién no ha citado alguna vez una película? ¿Quién no se ha creído El Padrino murmurando aquello de "Tengo una oferta que no podrá rechazar"?
Lo que está claro es que el cine nos ha dado grandes citas que llenan Twitter, Facebook, otras redes sociales y las mentes de propios y extraños. Por supuesto, el American Film Institute no podía quedarse de brazos cruzados y ha elaborado la que es la lista de las 100 mejores citas de la Historia del cine.
Algunas archiconocidas frases no defraudan:
- Marlon Brando hace sus negocios desde el segundísimo puesto haciendonos una oferta que no podremos rechazar (I'll make him an offer he can't refuse)
- Dorothy espera hasta el quinto puesto para darse cuenta que ni Toto ni ella están ya en Kansas (Toto, I've got the feeling we're not in Kansas anymore!)
- Han Solo nos da ánimos desde la octava posición (May the force be with you)
- E. T. buscando su casa y un teléfono le han regalado un flamante 15º puesto (Phone home)
- Por si no os habéis enterado bien de cómo se llama el espía más famoso del mundo, no tenéis más que remitiros al puesto número 22 (Bond James Bond)
- Incluso Tom Hanks y su caja de bombones se hacen un hueco en el puesto 40 (My momma always said "Life is like a box of chocolates. You never know what you're gonna get.")
Aunque ninguna de estas grandes citas del cine ha podido desbancar a la película entre las películas cuyas más de tres horas no podían dar sino grandes frases con las que copar la lista. Por supuesto, hablamos del clásico Lo Que El Viento Se Llevó. Clark Gable diciendo aquello de "Francamente querida, me importa un bledo" (Frankly my dear, I don't give a damn) ha conseguido colarse directo hasta el trono de esta peculiar lista.
Lo dicho amigos, Hasta la vista baby (#76).

domingo, 4 de agosto de 2013

Gran de Niro.

A estas alturas de la película, nadie duda ya del enorme talento de Robert de Niro, ya no sólo interpretando a gángsters sino que ha llegado a atreverse con comedias como Los Padres de Ella (2000) o El lado bueno de las cosas (2012). Si por algo es alabada las interpretaciones de de Niro es por su capacidad para meterse de lleno en la piel de sus personajes, y así lo demostró con creces en El Cabo del Miedo (1991).
Para prepararse su papel de Max Cady en la película de Scorsese, de Niro se paseó con una grabadora por los pueblos montañeses de Estados Unidos para captar el acento de los lugareños y traspasarlo a su personaje. Tal fue el éxito de la operación que el director de la cinta declaró haber sentido escalofríos al escucharle hablar - cosa que de Niro aprovechó para gastar una pequeña broma a su director, dejándole mensajes en en contestador con la voz de Cady.
Además, de Niro trabajó duro para conseguir el aspecto del desaliñado Max Cady. Primero, siguió un estricto régimen que le permitió reforzar su musculatura y bajar su nivel de grasa corporal hasta un escaso 4%. Pero sin duda, lo más impactante es el toque que de Niro le dio a su personaje: antes de la película, pagó 5 de los grandes a un dentista para que le destrozase los dientes y asemejarse más a su personaje. Y no sólo eso, sino que, después del rodaje, la cantidad se multiplicó por cuatro para conseguir que se los arreglasen.


El compromiso del actor con su personaje fue tal que incluso los tatuajes que lució durante la película eran reales, aunque temporales. Las últimas escenas, que incluían agua, no permitirían a ningún tipo de calcomanía o tatuaje por el estilo aguantar el tipo así que de Niro decidió hacerse verdaderos tatuajes que más tarde se quitaría por láser.
Esto es amor al arte y lo demás son tonterías. ¡Qué grande eres, Robert!

domingo, 21 de julio de 2013

Supercalifragilísticoespialidoso.

Niños grandes, mejor no sigan leyendo. Me encuentro a punto de desvelar uno de los misterios más misteriosos de la infancia de todo niño - y no tan niño.
¿Quién no ha soñado nunca con tener el maravilloso bolso de la señorita Poppins? Es fácil. Sólo has de seguir estos pasos:
- Rueda un plano de los niños solos dentro del decorado de la habitación.
- Filma otro tuyo con el bolso encima de una mesa agujereada con un croma detrás.
- Superpón los dos planos.
Y... TACHÁN! Ya tienes tu magnífico bolso de Mary Poppins donde entra todo lo que imagines meter.


sábado, 20 de julio de 2013

Clínex, lágrimas... ¡ACCIÓN!

La cosa va de ránkings. Y es que no todo son palabras mal sonantes.
Hoy nos ponemos melosos y buscamos la película más triste de la historia.
No somos los primeros en habernos hecho esta misma pregunta; y no, ni la madre de Bambi ni Kramer Contra Kramer encabezan la lista.
La Universidad de California llevó a cabo dicha investigación. Se preguntó a conocidos y expertos por películas susceptibles de figurar en dicha lista y tardaron años en llegar a la conclusión.
Finalmente, la película más triste de la historia es... El Campeón (1979), dirigida por Franco Zeffirelli y protagonizada por Jon Voight, Faye Dunaway y Ricky Schroder.
La película en cuestión cuenta la historia de Billy Flynn, un ex-campeón boxeador reconvertido a entrenador de caballos en Florida, con lo que consigue dinero suficiente para criar a su hijo T. J., cuya madre les abandonó años atrás. Coincidiendo con la vuelta de ésta, "El Campeón" se endeuda y decide volver al boxeo para impresionar además a T. J..
En concreto, según este estudio, es la escena final de la película lo más triste de la historia del cine. Efectivamente, nos encontramos ante dos minutos 51 segundos de pura lágrima - el "Campeón, ¡despierta! ¡No duermas ahora! ¡Tienes que ir a casa!" del pequeño Ricky Schroder le valió el Globo de Oro al Mejor Actor Revelación.
Según los expertos, este filme permite descubrir emociones en las personas. Esta secuencia en concreto es una pieza clave en los laboratorios de psicología para determinar si una persona deprimida es más propensa a llorar que una persona que no lo está - e incluso para determinar si la depresión incita a gastar más dinero. Ayuda además a determinar si las personas mayores son más sensibles al dolor que los jóvenes.
Sin más dilación, os dejo con la famosa escena. Preparad clínex y... ¡ÁNIMO!


jueves, 18 de julio de 2013

Llorar de risa.

Y de llorar pasamos... A llorar de risa. Y es que sí, también hay alguien que ha investigado cuál es la escena más divertida de la historia del cine.
Seguro que cada uno tenemos la nuestra pero los expertos han hablado...
Y el título se lo lleva... ¡MEG RYAN!
Efectivamente, el orgasmo fingido de la rubia en Cuando Harry encontró a Sally (1989) ha sido catalogado como la escena más divertida de la escena. Para quién no sepa de lo que hablo, aquí os dejo minuto y medio de carcajada limpia.



Es más, el restaurante donde se rodó la escena aún guarda una nota encima de la mesa tocada por Ryan que dice "Donde Harry conoció a Sally... Esperamos que tengas/pidas lo que ella tuvo/pidió". Bueno, no tenéis más que pasaros por el "Katz's Delicatessen" y probar suerte.

P.D: ¿Qué créeis? ¿Se merece esta escena su título?

miércoles, 17 de julio de 2013

Niño, que no se dicen palabrotas.

Como todos sabemos, el cine bélico, de acción y de gángsters está plagado de palabrotas - os recomiendo la VO de todas estas, aunque sea por grandes expresiones como "Fuck you" o "Son of a bitch".
El ránking está apretado, muchos de los grandes directores de la historia del cine parecen querer adjudicarse el título de los más malhablados - si sus madres les oyesen. Sin embargo, el gran Martin Scorsese ha luchado duro por el puesto y ha conseguido alzarse con el título con películas como Casino (1955) o Uno de los nuestros (1990). Le sigue de cerca Quentin Tarantino - que está en todas - o incluso Clint Eastwood y Stanley Kubrick.
Pero no nos equivoquemos, en términos de película, Brian de Palma se convierte en el niño más malhablado de toda la industria del cine con un clásico de gángsters, Scarface (1988). Efectivamente, Al Pacino y compañía, y sobre todo Oliver Stone, su guionista, han llevado a esta película a lo más alto superando las doscientas palabras malsonantes, llegando a la escalofriante media de una palabrota por cada 29 segundos - que se dice pronto. Tal es el fenómeno que en Internet circulan vídeos que demuestran que quien se pusiese a contarlas estaba en lo cierto y que no exageraba sobre la necesidad de la boca de estos chicos de ser lavada con jabón.


P.D: No le echemos todas las culpas a Pacino, que ni el mismísimo Clint se libra de este tipo de vídeos.



"Fuck you, son of a bitch."

Aviso a navegantes: absténganse Ned Flanders, finolis y repipis en general. "Si no lo veo, no lo creo" hoy se pone duro y habla de las palabrotas, esas joyas de la lengua que permiten expresar en pocas letras el odio, la rabia y otros sentimientos.
Os preguntáreis: ¿Cuál es la película con más palabras mal sonantes de la historia del cine?
Os daré una sola pista... Esta película incluye más de 200 palabrotas, con una media de una palabrota por cada 29 segundos. Casi nada, vamos.
Venga, que esta es fácil.

martes, 16 de julio de 2013

El rey de Hollywood - y del mundo inmobiliario.

El 13 de Julio de 1923 nacía el símbolo más emblemático de Hollywood. No hablo de Audrey, ni de Clooney, ni siquiera de Spielberg. Hablo del cartel más famoso de todos los tiempos, de las nueve letras más ojeadas de la historia. Acaba de cumplir noventa años el mítico cartel de Hollywood.





Lo curioso de este cartel parte de su origen. Y es que esta imagen encuentra su origen lejos de glamour, alfombras rojas y flashes.
En realidad, este cartel nace como parte de una campaña publicitaria de la inmobiliaria Woodruff and Shoults de promoción de la urbanización que estaba levantando en las colinas del distrito de Hollywood. El encargo fue materializado por la Crescent Sign Company y en sus inicios incluía cuatro letras más: "HOLLYWODLAND" reinaba sobre el distrito californiano.
Este cartel - cualquiera lo diría - no estaba previsto que durase más allá de esta campaña. Sin embargo, acabó vinculado a una de las mayores industrias del cine mundial convirtiéndose en su símbolo más reconocible.
Como cualquier hijo de vecino, los noventa años de nuestro protagonista de hoy no han sido fáciles. El famoso cartel ha pasado por liftings y restauraciones varias - incluso llegó a perder su letra H, paradójicamente atropellada por la persona encargada de vigilar el cartel, que llevaba alguna copita de más encima.
Con eso y con todo, HOLLYWOOD sigue vivito y coleando después de noventa años y se presagian varios años más de reinado sobre las colinas del distrito.

Toy Story y Steven Spielberg.

¿Quién de aquí no ha visto, reído e incluso llorado con la trilogía Toy Story? Niños y mayores se emocionan aún con las aventuras de Woody, Buzz Lightyear y demás. Es más, Pixar consiguió hacer de la última parte, estrenada en 2010, la primera película de animación nominada al Oscar a la Mejor Película en categoría absoluta. Todos y cada uno de sus personajes tienen algo que nos emociona pero siempre los hay que destacan sobre el resto. Aquí va una anécdota sobre uno de mis favoritos, que tiene incluso corto propio...


¡Eso es, hablaba del gran dinosaurio Rex!
Bien, todos los que, como yo, tenemos un cariño especial a este dinosaurio tenemos que dar las gracias a un grande del cine, a un nombre propio de la historia del séptimo arte, STEVEN SPIELBERG. Como leeis, fue gracias a Spielberg y al éxito de su película Parque Jurásico (1990) que vino a la mente del director de Toy Story (1999) este simpático personajillo verde. Mientras John Lasseter concebía la primera película de la trilogía, los dinosaurios de Parque Jurásico inundaban tiendas y mentes de todos espectadores.
Así que, una vez más, gracias Steven.

P.D: Ya que estamos de homenaje a Rex, recomendaros su corto, Partysaurus Rex, estrenado este mismo año.

 



lunes, 15 de julio de 2013

Historia de unos chirridos.

Supongo que no os descubro nada nuevo con esta escena, una de las más emblemáticas de la historia del cine.



Bien, ahora quitadle el sonido. Se hace raro, ¿verdad?
Pues así es como quería el genio Hitchcock que viésemos los minutos más famosos de su carrera.
La famosa escena de la ducha de Psicosis (1960) se rodó entre el 17 y el 23 de Diciembre de 1959 y cuenta con casi ochenta ángulos de cámara. En tan sólo tres minutos, se suceden más de cincuenta planos. Hitchcock consideró que esta riqueza visual, así como los gritos de Janet Leigh, serían suficientes para la escena y prefería prescindir de la música tanto en esta como en todas las escenas del motel. Sin embargo, Hitchcock se fue de vacaciones y, a su vuelta, su músico, el mítico Bernard Herrman, le tenía preparada una sorpresita: la escena ya estaba hecha y Herrman se había tomado la libertad de introducir su obra "El asesinato", compuesta de chirridos de violines, violas y violonchelos - después de haber barajado el tomar una música de jazz para acompañar el baño de Leigh. Herrman suplicó pues a Alfred que le diese una oportunidad a esta música. Fue el toque final de la mujer del cineasta, Alma Hitchcock, lo que le empujó a escuchar el resultado y cerciorarse que la música efectivamente intensificaba la escena. ¡Incluso duplicó el sueldo a Hermann!
Gracias Herrman, gracias Alma. Hoy parece imposible imaginar esta escena sin su intrigante música.

P.D: Por cierto, destacar el hecho que la ciencia avala la decisión de Herrman y es que, según han demostrado unos investigadores, las melodías distorsionadas y chirriantes (como nuestra banda sonora o el rock) nos atraen porque se parecen a las llamadas de peligro de los animales. Confabulaciones aparte, esta música es sin duda una pieza clave de la escena, de la película, de la carrera de Hitchcock y de la historia universal del cine.

jueves, 11 de julio de 2013

Brad Pitt no nació anciano.

El Curioso Caso de Benjamin Button (2008) cuenta la historia de un hombre que nace con ochenta años y va rejuveneciendo a medida que pasa el tiempo. Muchos de vosotros ya habréis visto esta magnífica película. Y muchos de vosotros, quizá, os habéis preguntado cómo es posible representar toda la vida de un personaje sin que parezca usar actores diferentes.
La adaptación de esta novela de Scott Fitzgerald parecía una misión imposible y muchos directores, entre ellos el mismísimo Steven Spielberg, no se atrevieron con ella. Finalmente, fue David Fincher, conocido por grandes películas como El Club de la Lucha o Se7en, quien cogió las riendas de este ambicioso proyecto contando con Brad Pitt, con quien ya había colaborado en numerosas ocasiones, y Cate Blanchett.
El Curioso Caso de Benjamin Button relata toda una vida. Fincher no quería utilizar distintos actores maquillados para representar las edades de Button ya que consideraba que cada vez que cambiase el actor el público perdería todo vínculo con el personaje. Su idea era pues que el personaje mantuviese la esencia de la interpretación de Brad Pitt, lo que el propio director denominó la Bradness. Además, el propio Pitt estableció como condición para interpretar el papel el hecho de hacerlo a lo largo de toda la película.
El mayor problema se encontraba en los primeros cincuenta y dos minutos de película: nace Benjamin Button, un niño con la apariencia de un hombre de ochenta años - se trata pues de un anciano corto de estatura. En un principio, se trató de encoger a Brad Pitt, barajando incluso la posibilidad de aunar los cuerpos de actores enanos con la cara del propio Pitt. Sin embargo, esto habría supuesto muchos problemas técnicos, pero sobre todo de gesticulación e interpretación (los movimientos de la respiración, los tendones del cuello al sonreír,...). Se llegó entonces a la conclusión de utilizar un rostro generado por ordenador que se adaptara más tarde a los distintos cuerpos utilizados para el personaje. 
El equipo de Fincher buscaba un resultado realista y verosímil entre las últimas técnicas de animación facial. Ésta puede regirse por marcadores; sin embargo, nunca parece haber suficientes, siempre parece haber vacíos entre ellos. El keyframing, es decir, la animación por fotogramas, tampoco convencía al equipo - la tan importante interpretación de Pitt y sus gestos pasarían un filtro por un animador.
Finalmente, en cinco semanas, DD - empresa encargada de la animación de Benjamin Button - consiguió crear el personaje superando estos problemas, combinando una cabeza virtual con su cuerpo. Sin embargo, a Benjamin aún le faltaba hablar y cumplir en los planes más cortos y en detalle. El personaje tenía que conseguir emocionar a la audiencia, hacerle reír y llorar. 
Se construyeron pues tres maquetas del personaje con sesenta, setenta y ochenta años respectivamente que, combinadas con los actores cuyos cuerpos formaban el de Benjamin, formaron los bustos del personaje en diferentes tramos de edad. Además, se estudiaron distintos catálogos de emociones humanas y expresiones faciales. Se captó a Brad Pitt haciendo 120 de estas expresiones; esta información se representó en modelos 3D que más tarde se trasladarían a las maquetas.

...¿Alguien se ha sorprendido igual que yo o soy la única a la que Fincher engañó de mala manera? Una vez más, el cine es magia e incluso ha conseguido doblarle la edad al mismísimo Brad Pitt.








http://behance.vo.llnwd.net/profiles26/1001231/projects/3368333/79498d28066f77d4b3507644b264fff5.jpg

martes, 9 de julio de 2013

Y...

...La respuesta es el matte painting.

El matte painting es una pintura que representa un paisaje, un set o una localización muy general que permite al cineasta crear la ilusión de un decorado, de un ambiente que no existe en la vida real o que sería demasiado costoso de incluir en el plano. Su verosimilitud depende obviamente de la calidad del dibujo.
Para que nos entendamos, el matte painting es el hecho de dibujar (normalmente en vidrio) el fondo del plano de tal forma que el espectador crea que realmente la escena se está desarrollando en dicho paisaje.
¿Quién no ha visto una y otra vez Mary Poppins? Pues bien, Walt Disney llegó a incluir cien pinturas para hacernos creer que se trataba del paisaje real. Los dibujos son de estilo impresionista y sirven de fondo en muchos de los planos de la película. El que más destaca es el de los tejados de Londres.




PeterEllenshaw - 2
El paisaje de Londres en pleno atardecer está en realidad pintado sobre un vidrio por Peter Ellenshaw, el encargado de los efectos especiales (que incluso se llevó un Oscar por ellos). Además, se hicieron agujeros en la pintura para que una luz situada detrás lo aclarara progresivamente simulando el atardecer.

El primero en usar esta técnica fue Norman Dawn en la película Missions of California, en 1907. Las pinturas a mano dejaron paso a los dibujos digitales en los años 80. Muchas películas han utilizado desde entonces esta fuente de ilusión: desde Ciudadano Kane hasta Star Trek, pasando por El Mago de Oz, Indiana Jones y el Arca Perdida o Star Wars: Episodio 3.

Una vez más, el cine vuelve a engañarnos y, una vez más, volvemos a picar (o no).

Adivina, adivinanza.

¿Qué tienen en común El Planeta de los Simios, Star Wars, Indiana Jones, El Señor de los Anillos, The Sky Captain o Mary Poppins, entre muchas otras?







Empieza la aventura.

Todo este tiempo estudiando el cine en profundidad, desengranando todos y cada uno de sus planos, me ha hecho descubrir la magia detrás de una simple imagen, todo lo que esos veinticuatro fotogramas por segundo (aunque Peter Jackson intente fastidiarme la gracia del nombre) esconden. De ahí nace este blog, con el que pretendo contar curiosidades, anécdotas, detalles que, escondidos entre claqueta y claqueta, no hacen más que demostrar lo maravilloso que es el séptimo arte - sin olvidar su compañero de viaje, la televisión.
Como una frase que un día me enseñó un amigo, "la vida es sueño y los sueños cine son".
Así que, sin más dilación,
Luces
Cámara
Acción.


P.D.: Como primer regalo, este archiconocido fotograma de El Mago de Oz (1939), una de las primeras películas en color del mundo del cine.