martes, 30 de agosto de 2016

Una película para toda la familia.

A estas alturas, todos conocemos ya lo que es el CGI o Computer Generated Imagery (Imagen Generada por Ordenador). Como ya vimos unas entradas atrás, esta tecnología fue la que permitió hacer de un sex symbol como Brad Pitt un entrañable ancianito en El curioso caso de Benjamin Button. Sin embargo, Pitt no fue el primero (ni el último) en pasar por la chapa y pintura electrónica en postproducción. Un caso concreto resulta muy curioso: Showgirls (1995), la historia de Nomi Malone, una bailarina en Las Vegas.

La película se estrenó en 1995 y supuso un fracaso de taquilla y de crítica - algunos hablan de ella como una de las peores películas de la historia del cine. Sin embargo, terminó siendo como el buen vino y años después, otros se atreven a clasificarla como película de culto.

Como podréis imaginar, la vida de la bailarina en Las Vegas rodeada de sexo y violencia no hace de ella una película familiar precisamente. En un principio, la película fue catalogada por la MPAA como no apta para menores de diecisiete años. Sin embargo, un canal de televisión en abierto adquirió la cinta con el objetivo de programarla en horario vespertino. Y así fue cómo Showgirls se convirtió en una dulce comedia familiar... Bueno, tampoco exageremos.



En primer lugar, se llevó a cabo una práctica bastante habitual en la puritana televisión americana: los diálogos de la película fueron redoblados para eliminar todo tipo de palabras soeces y malsonantes y sustituirlas por curiosas combinaciones y expresiones. Además, también se eliminaron las escenas más intensas, tanto a nivel de sexo y de violencia, dejando la película con aún menos sentido del que antes tenía.

Sin embargo, si algo llamó la atención en la transformación de la película Showgirls fue la utilización del CGI. Gracias a esta tecnología, se tapó con ropa interior artificial cada una de las escenas en que la protagonista, Elizabeth Berkley o cualquier otro personaje aparecía ligera de ropa de cintura para arriba.


martes, 28 de junio de 2016

Cameo.

No hay duda de que los amantes del universo Marvel conocen a la perfección el nombre de Stan Lee. Se trata nada más y nada menos que del creador de la gran mayoría de los personajes del universo: Spider-Man, Iron Man, Thor, Hulk, Los Vengadores... Todos estos iconos del cómic salieron de la cabeza de 'Stan The Man'.

Pero si por algo es conocido Stan más recientemente, con las sucesivas adaptaciones cinematográficas de los cómics, es por sus numerosos cameos en estas películas. El dibujante aparece en todas las películas cuyo personaje creó, a excepción de algunas de la saga X-Men y Los 4 Fantásticos. Es el verdadero rey de los cameos.

Pero, ¿qué es un cameo? Según la Real Academia Española, un cameo es la intervención breve de un personaje célebre, actor o no, en una película o serie de televisión. Recientemente, series como Big Bang o algunas más nostálgicas como Friends han destacado por sus innumerables cameos.

Estos son los cameos que Stan The Man ha hecho en las películas de Marvel hasta la fecha.

1. El juicio del increíble Hulk (1989)


2. X-Men (2000)


3. Spider-Man (2002)


4. Daredevil (2003)


5. Hulk (2003)


6. Spider-Man 2 (2004)


7. Los 4 Fantásticos (2005)


8. X-Men: La decisión final (2006)


9. Spider-Man 3 (2007)


10. Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (2007)


11. Iron Man (2008)


12. El increíble Hulk (2008)


13. Iron Man 2 (2010)


14. Thor (2011)


15. Capitán América: El primer vengador (2011)


16. Los Vengadores (2012)


17. The Amazing Spider Man (2012)


18. Iron Man 3 (2013)


19. Thor: El mundo oscuro (2013)


20. Capitán América: El soldado de invierno (2014)


21. The Amazing Spider Man 2 (2014)


22. Guardianes de la galaxia (2014)


23. Los Vengadores: La era de Ultrón (2015)


24. Ant-Man (2015)


Además, Stan Lee ha aparecido en muchas otras series y películas, como Big Hero 6 o Big Bang. Sin duda, Stan the Man es el rey indiscutible de los cameos.

martes, 14 de junio de 2016

Bullet Time.

¿Te imaginas poder apreciar el trayecto de una bala con total precisión? ¡Bienvenidos al maravilloso mundo del bullet time!

Esta técnica, sello indiscutible de las hermanas Wachowski, no es otra cosa que la ralentización extrema del tiempo para poder así ver movimientos o sucesos muy veloces o para darle ese toque dramático que tanto les gusta a los directores de cine.


El origen de esta técnica se remonta antes incluso del comienzo del cine como tal. Eadweard Muybridge fue el primero en capturar imágenes en movimiento, mediante fotogramas, para poder estudiar los movimientos de un caballo. Para ello, utilizó una serie de cámaras en fila. Si bien sus intenciones eran puramente científicas, Muybridge ha sido bautizado como el gran precursor del cine.



Antes de ser utilizado en acción real en cine, el concepto del bullet time pasó por el mundo de la animación, como en la película japonesa Speed Racing, de 1966.

Aunque la técnica ya fue utilizada diez años antes en un videoclip del grupo Accept, el director francés Michel Gondry, del que ya hemos hablado en alguna ocasión, la hizo inmensamente popular al utilizarla en 1995 en el videoclip de 'Like a Rolling Stone', de los Rolling Stones.


El bullet time llegó al cine en acción real de la mano de uno de sus más conocidos embajadores, ya mencionados antes, en la película Matrix - Warner llegó incluso a registrar el término como marca.

Pero vayamos al grano... ¿Cómo se consigue este efecto? En un primer momento, la técnica utilizada era muy similar a la que en su día utilizó Muybridge para estudiar a su querido caballo: una serie de cámaras fotográficas fijas colocadas sobre una barra de sujeción apuntando al sujeto u objeto a fotografiar desde diferentes situaciones y sin mucho espacio entre ellas. El resultado final era la sucesión de estas imágenes, al estilo de un stop motion. Pero una vez más, los avances tecnológicos ayudaron mucho a esta técnica con la llegada de cámaras de alta definición, capaces de captar la resolución necesaria para que la post-producción haga el resto.

Con esta técnica, la serie de televisión CSI dio el pistoletazo de salida a su décima temporada, en esta escena, la más cara de la televisión mundial:









martes, 7 de junio de 2016

El Síndrome Darrin

Seguro que te ha pasado muchas veces... Estás viendo una serie y, ¡pum! de repente uno de los personajes cambia de actor sin que nadie dé ninguna explicación al respecto. El ejemplo que a todo nacido alrededor de los 90 se nos viene a la cabeza es sin duda la Tía Vivian de El Príncipe de Bel Air: Janet Hubert-Whitten fue sustituida de repente por Daphne Maxwell Reid. En realidad, este es un caso curioso del síndrome puesto que se utilizó como tema para alguno de los chistes, como cuando Jazz comenta a la señora Banks que 'está muy cambiada' - y normal, porque el cambio era más que evidente...


Este truco es uno de los muchos que se han sacado los productores de la manga para suplir las bajas de cualquier tipo que se dan en una producción - el síndrome Chuck Cunningham consiste en hacer desaparecer al personaje de la noche a la mañana sin explicar por qué (como en el caso de Coach, el personaje de New Girl, que desapareció después del piloto).

Estos cambios de actor se han utilizado tantas veces que el truco ya tiene su propio nombre en el universo audiovidual: el síndrome Darrin. El personaje de Darrin Stephens le dio nombre después de sufrir esta metamorfosis: el marido de la protagonista de Embrujada fue interpretado por Dick York durante cinco temporadas hasta que en 1969 su tocayo Dick Sargent tuvo que reemplazarle.


Este juego es muy común en las series de televisión por lo mucho que se prolongan en el tiempo. Recordamos algunos ejemplos:
  • Inés Alcántara (Cuéntame cómo pasó): Este personaje empezó siendo interpretado por Irene Visedo hasta que en la temporada 12 Irene fue sustituida por Pilar Punzano - pasando antes por una fugaz aparición de una tercera Inés Alcántara en la décima temporada, Marieta Orozco. Lo curioso de este caso es que se trata de un Darrin de ida y vuelta, puesto que unos años después - y unas polémicas después - Irene Visedo ha vuelto como la primogénita de Antonio y Merche;
  • Nacho Mendoza (Motivos Personales): Cuando Miguel Ángel Silvestre decidió abandonar la serie, la segunda temporada estaba ya escrita y a punto de ser rodada por lo que era ya imposible cambiar las tramas y hacer desaparecer a su personaje. A cambio, se optó por cambiarle por Álex González. El camuflaje fue tal que se volvieron a rodar las escenas parte del resumen de la primera temporada con el que daba comienzo la segunda en las que aparecía Miguel Ángel Silvestre para que fuese Álex quien interpretase a Nacho y como si nada, oye;
  • La Montaña (Juego de tronos): Dentro de los muchos casos de síndrome de Darrin en el último fenómeno de la HBO, destaca el del personaje de La Montaña, que ha sido interpretado hasta por tres actores distintos. Conan Stevens estrenó el personaje y duró la primera temporada hasta que Ian Whyte le sustituyó en la segunda. Tras su ausencia en la tercera temporada, La Montaña volvió en la cuarta interpretado por Hafþór Júlíus Björnsson.
Si bien es algo más propio de la televisión, por ser las producciones más prolongadas en el tiempo, el cine también ha tenido sus propios Darrin, sobre todo en los casos de sagas - mejor obviemos los ocho actores que han interpretado a James Bond... Estos son algunos de los ejemplos más recordados:
  • Clarice Starling (El Silencio de los Corderos/Hannibal): Jodie Foster interpretó a la joven estudiante que se gana la confianza de Hannibal Lecter en la primera película - una interpretación que además le valió un Premio Óscar y unas excelentes críticas. A pesar de todo ello, Foster renunció a participar en la secuela, Hannibal, por lo que su mismo personaje fue interpretado por Julianne Moore;
  • Rachel Dawes (Batman Begins/The Dark Knight): Katie Holmes empezó interpretando a esta amiga de la infancia de Bruce Wayne en la primera de las aclamadas adaptaciones del director Christopher Nolan. Sin embargo, en la segunda adaptación de Nolan, The Dark Knight, el personaje de Rachel pasó a las manos de Maggie Gyllenhall;
  • Albus Dumbledore (Harry Potter): Este caso es especialmente triste puesto que el cambio de actor surgió tras la muerte de Richard Harris, el actor que interpretó al director de Hogwarts hasta la segunda película, Harry Potter y la Cámara Secreta. Fue entonces a partir de la tercera entrega, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, que Michael Gambon se calzaría la frondosa barba para interpretar al entrañable Albus Dumbledore.

jueves, 26 de mayo de 2016

Teaser, trailer, trailer, teaser.

El mundo del cine no sólo evoluciona con historias y avances tecnológicos; el mundo del marketing cinematográfico también se va adaptando a los tiempos que corren, con lo que surgen nuevos modos de vender películas y nuevos términos para denominarlos.

Uno de los más populares es el término teaser, bien conocido entre los amantes de la publicidad pero desconocido y/o confuso para otros muchos menos entendidos en este tema. El teaser es también conocido como 'campaña de intriga' y es que es en la intriga en lo que basa su conexión con el público. Se trata de un anticipo de una campaña que ofrece sólo información fragmentaria sobre el producto o servicio: la idea es pues crear una intriga en el consumidor que quiera saber más al respecto. Hoy en día, muchas marcas de coches lo utilizan, entre otras muchas.

Este tipo de campaña es muy común en el cine. El teaser de 'El Código Da Vinci' fue lanzado incluso antes de que la película se rodase. En cine, lo más curioso es la forma que tiene esta campaña de convivir con otro tipo muy común en la industria: el trailer. Al fin y al cabo, el trailer también nos muestra fragmentos de la película intentando dejarnos con las ganas de verla entera. Sin embargo, no hay más que ver este teaser de 'Perdida' para conocer la diferencia: al terminar de verlo, apenas sabemos nada de la película, a diferencia de un trailer, y la intriga (y las ganas, si lo que vemos es bueno) es mucho mayor.



Esto sería, en cambio, el trailer tradicional, donde podemos ver mucha más información sobre la historia y la trama, etc:




La primera película en traer el concepto de teaser a España fue 'Jumanji' hace once años. En resumen, la diferencia entre ambos conceptos está en la información dada: partiendo del mismo objetivo (crear intriga y expectativas en el espectador) el teaser insinúa algún aspecto sobre la película (una escena, por ejemplo) mientras que el trailer es el encargado de darnos toda la información necesaria. El trailer suele ser por tanto una sinopsis de la película, un resumen (a veces quizá demasiado esclarecedor) y suele tener una duración más larga que un teaser: mientras que el primero puede llegar al minuto y medio (aunque a veces se reduzca por cuestiones de espacio publicitario y dinero), el segundo no suele durar más de medio minuto.




miércoles, 18 de mayo de 2016

Mitad real, mitad dibujo

Quién engañó a Roger Rabbit es una película muy adelantada a su época puesto que, si bien no fue la primera en conseguir mezclar personajes animados y actores de carne y hueso, lo hizo con una calidad inimaginable a finales de los años ochenta que conquistó tanto al público como a la crítica. La magia del cine había llegado a juntar incluso al mítico bailarín Gene Kelly y el ratón Jerry.





Se podría decir que esta película se divide en dos películas diferentes en lo que a producción se refiere: por un lado, la acción real fue dirigida por Robert Zemeckis y rodada en Hollywood; mientras que Richard Williams se hizo cargo de la animación en su estudio de Londres. El proceso duró más de tres años.

Hoy en día, no es raro hablar de la animación CGI, insertada habitualmente en la imagen a través de figuras en croma (como en Juego de Tronos). Sin embargo, en la época en que Roger Rabbit conquistó la taquilla, estos efectos especiales eran inimaginables: todos los personajes de animación de la película fueron dibujados a mano. Además, los dibujos compartían plano con actores de carne y hueso, por lo que se utilizaron distintos efectos y juegos de iluminación para darles sombra y conseguir ese fabuloso efecto tridimensional que desprenden. Quién engañó a Roger Rabbit se convirtió además en un homenaje a la animación: consiguió reunir a personajes de casas rivales, como Donald, Betty Boop o Bugs Bunny.



Pero la parte no animada también resultó extremadamente avanzada para la época: se utilizaron diversos tipos de película y de sensibilidad según la escena e incluso se construyó una nueva cámara de fibra de vidrio, Visaflex.

Además, en el caso de esta película, a diferencia de ejemplos actuales, los actores no utilizaban muñecos ni nada por el estilo sino que hablaban, interactuaban e incluso agarraban la nada donde después estarían insertados Roger y compañía. Los actores contaban incluso con un entrenador ('mind coach') que les ayudaba a visualizar sus compañeros animados aún inexistentes.

La relación de los dibujos con los objetos también resultaba complicada. Los objetos reales que estos dibujos movían eran en realidad movidos por un excelente experto en marionetas. Cuando el movimiento era más preciso (por muy bueno que fuese el chico de las marionetas) se empleaba un brazo mecánico que luego era sustituido por el personaje animado en cuestión: ¡así consiguieron que un brazo mecánico fumase un puro! Estos brazos también tenían dispositivos en sus extremos para aprehender objetos si fuese necesario. Y eso no es todo... ¿Cómo hacían, por ejemplo, para mover el agua del fregadero en el que Roger estaba metido? Pues mediante unos motores que producían el efecto de chapoteo. Otro ejemplo es el propio Bob Hoskins simulando el conejo al que estaba unido por unas esposas, girando la muñeca para conseguir moverlas él mismo - ¡todo un arte! Lo cierto es que Hoskins demostró un talento enorme e hizo posible en gran parte esta combinación. Esta escena fue una de las más difíciles de rodar.


Aunque los actores consiguieron adaptarse a las circunstancias, la producción de la película dispuso unos muñecos con la forma de Roger y compañía para las escenas difíciles, en que los actores actuaban frente al mismísimo aire, en palabras de Hoskins, o simplemente para ensayar y calcular distancias, por ejemplo, cuando el detective agarraba al conejo por las orejas.

Una de las escenas más difíciles y extrañas de rodar fue la persecución, y es que el coche que conducía Hoskins era animado. Por lo tanto, se construyó un vehículo parecido a un quad que luego sería sustituido por Benny The Cab.


Aunque sin duda, la escena más difícil de rodar fue esta, en la que se juntaron los dibujos Disney, los efectos especiales, los motores, las marionetas... En fin, todo un desafío.



Pero no podemos cerrar este post sin mencionarla a ella, Jessica Rabbit:










jueves, 12 de mayo de 2016

La bomba debajo de la mesa.

Es sabido por todos que Alfred Hitchcock es un genio del cine. Como tal, se ha permitido el lujo de darnos algunas lecciones sobre el séptimo arte de las cuales una sigue siendo objeto de debate.

Esta lección trata sobre la diferencia entre la sorpresa y el suspense, que para el director aún no está clara en la mente de muchos profesionales de la industria. Si nos remitimos al significado más literal del término, según la Real Academia Española, la sorpresa es 'la acción de descubrir lo que alguien ocultaba o disimulaba', mientras que el suspense es la 'expectación impaciente o ansiosa por el desarrollo de una acción o suceso, especialmente en una película cinematográfica, una obra teatral o un relato'. A simple vista, la diferencia entre ambos términos es clara. Sin  embargo, resulta mucho más confusa cuando nos introducimos en el mundo del lenguaje cinematográfico. Es por ello que el bueno de Alfred intentó explicar ambos términos aplicados al cine, utilizando incluso una imagen muy sencilla.



Imagina una conversación anodina entre dos personas. Imagina ahora que hay una bomba debajo de la mesa que los separa. Nada sucede y, de repente... ¡Boom! La bomba explota. El público se sorprende, pero antes de esta sorpresa, sólo han presenciado una escena normal y corriente, sin especial consecuencia.

Vamos a plantear ahora la situación de suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque han presenciado como alguien la colocaba. El público es consciente de que la bomba explotará a las 13:00 y hay un reloj en la escena, en el que el público puede ver que son las 12:45. En esta situación, si bien la conversación es igual de anodina, la escena es mucho más fascinante puesto que se ha hecho al público partícipe, cómplice de la misma. Es más, el público probablemente tenga incluso ganas de gritarle a los personajes y advertirles de que hay una bomba y deberían dejar de hablar de las nimiedades de las que hablan. Este es, por ejemplo, el recurso narrativo empleado por el genio del suspense en La sombra de una duda (1943): el público sabe que ella tiene que llegar a la biblioteca antes de las nueve y el director se encarga de dejar claro al espectador que es probable que no llegue, mediante la imagen de un reloj mientras corre hacia allí, por lo que le crea un suspense... ¿Llegará?


Por tanto, en el primer caso, el público ha sentido sorpresa durante quince segundos, lo justo para que se les pase el susto de la explosión, mientras que, en el segundo caso, han sentido quince minutos de suspense.

Y, ¿cuál es la conclusión que saca Alfred de todo esto? Pues os lo podéis imaginar: siempre que sea posible, el público tiene que estar informado de este tipo de cosas para hacerle partícipe de la acción, salvo cuando, obviamente, la sorpresa sea ese giro final, eje de la historia. Y es que... ¿Qué sería de su gran obra Psicosis si el público supiese el final y explicación a toda la historia desde el principio?




lunes, 25 de abril de 2016

Padres precoces

La edad de los actores y los personajes que interpretan es a menudo motivo de sorna: desde el treintañero Alejo Sauras interpretando a adolescentes hasta actores a los que se les aumenta considerablemente la edad con un simple peinado retro. Sin embargo, el problema principal llega cuando estos problemas se acumulan en el mismo reparto y dan lugar a unas curiosas relaciones paterno-filiales ficticias. Vamos a repasar aquí algunos de los ejemplos más divertidos.


  • Amy Poehler interpreta en la mítica película 'Chicas Malas' a la madre de la mala malísima Regina, interpretada por Rachel McAdams. Pues bien, la primera sólo tiene ¡siete años! más que la segunda - que con 26 añazos encarnaba a la reina del instituto...

  • Otro que al parecer fue padre muy joven es el escocés Sean Connery, que interpretó al padre de Harrison Ford en 'Indiana Jones y la última cruzada' cuando sólo tiene doce años más que éste...

  • Doce años separan también a madre e hijo en una de las familias más peculiares de la televisión. Ruth Fisher (Frances Conroy), matriarca del clan de 'A dos metros bajo tierra', es una más de la lista de 'madres adolescentes' gracias a Peter Krause, que interpretaba a Nate Fischer.

  • La guapísima Olivia Wilde tampoco se libra de la maternidad precoz: en 'In Time' daba vida a la madre de Justin Timberlake, a quien sólo sacaba dos años. Es más, las malas lenguas insinuaron que habían tenido una relación materno-filial la mar de estrecha... ¡Incesto!


  • Pero si ya nos resultan curiosos estos casos de 'padres precoces', el premio va para Drew Barrymore que fue madre sin haber ni siquiera nacido: en 'Los hombres de mi vida' interpretaba a la madre de Adam García, que es ¡dos años mayor que ella!


Estos son algunos de los ejemplos más significativos. Y para terminar, un dato curioso: Ryan Gosling rechazó el papel de Jack Salmon, padre de Susie Salmon (Saoirse Ronan), en 'The Lovely Bones' por ser sólo doce años mayor que Ronan - y claro, no quería aparecer luego en esta lista. El papel fue finalmente para Mark Wahlberg, nueve años mayor que Gosling.







martes, 12 de abril de 2016

La tesis de Amenábar

Alejandro Amenábar es hoy un director con reputación en todo el mundo, habiendo dirigido a actrices de la talla de Nicole Kidman o Rachel Weisz. La carrera del director comenzó hace ya veinte años con una película hoy considerada de culto y parte de la gran historia del cine español: Tesis.



Tesis es un thriller psicológico que se desarrolla en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, donde Alejandro empezó sus estudios - que acabó abandonando. Más concretamente, escribió este primer largometraje cuando aún estudiaba allí. Y esto no es casualidad y es que la ópera prima del director tiene muchos tintes autobiográficos que pasan desapercibidos.



En primer lugar, la cámara que utiliza el protagonista, interpretado por Eduardo Noriega, es la misma que utilizaba el propio Amenábar para rodar los cortos que precedieron a este exitoso inicio. Además, el nombre de éste, Bosco, es el del personaje que interpretó el director en uno de sus primeros cortos.
Además, el otro protagonista masculino del film, Chema, está inspirado en un amigo real de Alejandro Amenábar.



Otro detalle curioso es que el profesor implicado en la sórdida trama de snuff movie en la película, José Luis Castro, existe en realidad e imparte la única asignatura que le queda a Alejandro para terminar la carrera.



Esperemos que, teniendo en cuenta la trama peliaguda de la película, estos sean los únicos detalles que se corresponden con la vida del cineasta...

jueves, 31 de marzo de 2016

101.

Si algo nos gusta de los comentarios post-película son las teorías conspiratorias de los fans - que ya hemos mencionado en otras ocasiones.

Hoy le toca el turno a Matrix, la archiconocida película de ciencia ficción dirigida en 1999 por los hermanos Wachowski. Si bien la película en sí y su conexión directa con teorías filosóficas conduce inevitablemente a un debate sobre la vida, la muerte, la caverna y otros símiles que podrían llenar páginas y páginas, un detalle en particular llamó hace diecisiete años la curiosidad de sus fans, que no dudaron en elugubrar todo tipo de teorías alrededor. Este elemento no es otro que el número del apartamento de Thomas A. Anderson (Keanu Reeves), que ha llegado a hacerse casi tan conocido como la habitación 237 de El Resplandor: el apartamento 101.


El número 101 podría, y probablemente así sea, responder a los códigos binarios (únicamente compuestos de 0 y 1) que aparecen a lo largo de toda la película como uno de sus símbolos más emblemáticos. Ello podría explicar que Thomas sólo tuviese una silla y una cama pero muchos accesorios informáticos. Además, el código 101 significa el número 5 en lenguaje binario, a lo que además hay que añadir que en estos casos se cuenta el número 0 por lo que sería realmente el número 6: no es casualidad entonces que Neo sea considerado el sexto elegido.

Sin embargo, esta respuesta es muy fácil y sencilla y bien está cavar un poco más profundo para dar con el posible origen de este número - porque como bien sabemos (o, por lo menos, DEBERÍAMOS ya saber) en el cine, todo, absolutamente TODO, tiene una razón (y si no la tiene, los fans se encargan de buscarla).

Así pues, este número está cargado de simbolismo en referencia, en primer lugar, a la propia película. Neo es considerado como el elegido, es decir, 'The One' como dirían nuestros compañeros anglosajones. Esto explicaría que su alter ego viviese en el número 101, mientras que Trinity utiliza el apartamento 303 como unidad de vigilancia.

Este número puede también estar conectado con la vida real y es que, como bien sabrán aquellos familiarizados con cursos y certificaciones, el número 101 identifica los niveles más básicos de aprendizaje. En el caso de Matrix, Neo descubre algo completamente nuevo, por lo que se encontraría en estos niveles.

Si cavamos un poco más profundo, encontramos el vínculo entre la película y una de las novelas de ciencia ficción más conocidas de todos los tiempos, 1984, de George Orwell. Y es que, en la novela distópica de Orwell, la habitación 101 es una cámara de tortura donde los prisioneros son atormentados con sus peores miedos o pesadillas - algo que no dista mucho del argumento de Matrix y el sufrimiento del pobre Keanu.

El número 101 tiene también un importante significado en el mundo de la masonería por su similitud con el símbolo IOI, considerado como 'el símbolo de la personalidad'. Este símbolo representa el viaje hacia el conocimiento de uno mismo - como le sucede a Neo en la película.

Y tú... ¿Con qué teoría te quedas?




martes, 29 de marzo de 2016

Los rodajes no siempre son fáciles

Una de las partes del cine que más páginas ocupa son los rodajes. Que si líos entre protagonistas, que si localizaciones espectaculares, spoilers... Sin embargo, los rodajes no son siempre un camino de rosas, y es que los hay que han traído de cabeza a directores, actores y equipo técnico - incluso los ha traído con incidentes malditos.

El cuervo (1994)

Esta película de Alex Proyas habría pasado probablemente sin pena ni gloria por la historia del cine de no ser por el desafortunado incidente que acabó con la vida de uno de sus protagonistas. Brandon Lee, hijo del rey del cine de acción Bruce Lee, recibió una bala en el abdomen rodando una escena. Evidentemente, la pistola debía estar cargada con balas especialmente manipuladas para no producir ningún daño pero, sin saberse muy bien aún de quién pudo ser el fallo, las balas manipuladas y las reales acabaron mezcladas. El rodaje estaba tan avanzado que la película pudo terminarse. La escena rodada fue utilizada para la investigación de los hechos y posteriormente quemada por el propio director de la película.



Roman Polanski tuvo la maravillosa idea de filmar su primera película 'americana' protagonizada por Mia Farrow en el Edificio Dakota en Nueva York, conocido por su tenebroso pasado. En las puertas de este edificio fue asesinado John Lennon pero además, mucho antes de este terrible incidente, el edificio llevaba ya años ligado a la magia negra y otros sucesos paranormales. Fue precisamente uno de sus peculiares inquilinos, un sumo sacerdote de la Wicca inglesa, quien inspiró en parte a Polanski para el malvado personaje del film. 

Tal era el ambiente del rodaje que un grupo de aficionados a la magia negra, encabezados por uno de los más terribles asesinos de Estados Unidos, Charles Manson, se movilizaron a las puertas del edificio exigiendo al director el fin del rodaje por considerar que estaba 'profanando' su 'templo'. El rodaje también pasó factura a la protagonista Mia Farrow, a quien estas turbulencias espirituales pillaron en plena separación de Frank Sinatra: el resultado fue un ataque de pánico de la actriz, que el director aprovechó para su personaje.




Francis Ford Coppola sufrió el propio apocalipsis en el rodaje de este clásico, en el que no faltaron desdichas. Lo cierto es que el equipo de producción de Coppola no salió muy bien parado del rodaje: desde problemas con el dueño de los caballos utilizados para el rodaje que vino a reclamarlos para una emergencia con unos mapaches hasta los problemas con el dueño de las aeronaves, que no era otro que el mismísimo dictador de Filipinas Ferdinand Marcos. 

Para cuando el humano no causa problemas, aquí están los tifones para rizar el rizo: hubo que reconstruir el decorado, que había sido asolado por un tifón, lo cual retrasó el rodaje otros dos meses. La dura vida de los actores protagonistas también trajo quebraderos de cabeza al director: Dennis Hopper acudió tan drogado al rodaje que hubo que reducir al mínimo sus escenas, Martin Sheen sufrió un infarto (las malas lenguas dicen que debido a sus altos niveles de alcohol en sangre) y la envergadura inesperada de Marlon Brando hizo que hubiese que cambiar las condiciones de luz para disimularla al máximo. Tal fue el rodaje que existe un documental al respecto: Hearts of Darkness: A Filmmaker’s Apocalypse.


El exorcista (1973)

La película de William Friedkin es conocida como una de las mejores películas de terror de la historia, y, como tal, su rodaje no estuvo exento de maldiciones y otras catastróficas desdichas. En primer lugar, el primerísimo día de rodaje y prácticamente a la misma hora, fallecieron tres personas relacionadas con el rodaje: el abuelo de Linda Blair, el hermano de Max Von Sydow y el hijo de Friedkin, de sólo un día de vida. Pero esto no había hecho más que empezar. El problema con los incendios en el estudio fue tal que se recurrió a un sacerdote para que bendijese el set. 

Estas tres no fueron las únicas muertes extrañas asociadas al rodaje: más adelante, el vigilante de los estudios moría, así como el actor Jack McGowran cuya muerte se asoció a una extraña gripe - sospechoso... Además, durante el rodaje, murió atropellado el hijo del actor Jason Miller - y el propio Jason también moría el mismo día del reestreno de la película, con edición especial del director.  Eso por no contar las varias personas del equipo técnico que dicen las malas lenguas que también murieron durante el rodaje por extrañas causas. Al parecer, el director no tuvo suficiente con estos sucesos y fomentó el realismo extremo de las interpretaciones, convirtiendo el set en una cámara frigorífica, pidiendo a la niña protagonista que abofetease de verdad a su 'madre' o pegando tiros para asustar al equipo. Una joya de rodaje, vamos.


Cleopatra (1963)

Cleopatra es, sin duda alguna, una de las películas más ostentosas de la historia del cine. Y es que el rodaje trajo de cabeza a los productores de la película que vieron como poco a poco el presupuesto de la película se multiplicaba... ¡por 23! En efecto, la película protagonizada por Elizabeth Taylor es conocida, entre otras cosas, por su presupuesto que alcanzó los 45 millones de dólares - ¡que se dice pronto! En primer lugar, fue la propia Taylor quien fue exigiendo más dinero y acabó multiplicando por siete el millón de dólares que, en un principio, iba a embolsarse por su papel. El hecho de que el guión se fuese reescribiendo sobre la marcha, obligando a repetir muchas escenas, no ayudó tampoco al bolsillo de los productores de la película - tampoco el hecho de que algunos con la mano muy larga aprovechasen el rodaje para llevarse algunos de sus objetos, que no eran precisamente baratos, allá por los Estudios Pinewood. 

Elizabeth Taylor acabó ganándose a pulso el dinero recibido y es que el rodaje afectó muy seriamente a su salud. En primer lugar, sufrió una neumonía e infección pulmonar que la llevó a entrar en coma por lo que le fue practicada una traqueotomía - además, la vía intravenosa se le infectó. La cosa no acabó aquí y es que cuando volvió al rodaje, sufrió una intoxicación alimentaria, quizá porque ordenó que su comida fuese traída en avión desde EE. UU. La neumonía de Taylor hizo que el rodaje parase seis meses y los Marco Antonio y Julio César iniciales se despidieron del filme.





lunes, 8 de febrero de 2016

Be water, my friend.

No es la primera vez que mencionamos algunos aspectos de la vida del actor que la hacen algo más dura de lo que podríamos pensar el resto de los mortales. Esto se nota sobre todo en lo que se refiere a la preparación de papeles. Si hace unas semanas, veíamos los problemas de los cambios de peso de los actores, hoy hablamos de El Método, mediante el cual los actores buscan mimetizarse con su personaje para interpretarlo a la perfección.

Tom Cruise (Collateral, 2004)

Tom Cruise interpreta en Collateral uno de los pocos papeles de villano que ha tenido a lo largo de su carrera. Para ser más exactos, en la cinta interpreta a un asesino en serie. No, tranquilos, Tom no mató a nadie para preparar su papel. En su lugar, una de las principales cualidades de un asesino es el pasar desapercibido entre la multitud, cosa que Cruise tiene muy complicado dada su popularidad. Es por ello que, como si de El Jefe Infiltrado se tratase, el actor se camufló y trabajó como repartidor de FedEx. Para sorpresa de todos, Cruise consiguió su objetivo y no fue reconocido por nadie.


Adrien Brody (El Pianista, 2002)

Representar a una víctima del Holocausto no tiene que ser cosa fácil, y menos bajo las órdenes del excéntrico director Roman Polanski. Es por ello que Brody intentó buscar la mejor forma de llevar a cabo este papel a la perfección. Finalmente, dio con la respuesta: necesitaba sentir que lo había perdido todo, como su personaje en la película. Es por ello que se deshizo de todas sus pertenencias, desde sus coches hasta su teléfono móvil, y hasta cortó con su novia, tratando así de sumirse en una tristeza y un vacío que obviamente ni rozaban el de su personaje en El Pianista pero que bien podrían ayudarle a expresar lo que podía sentir su personaje.



Ed Harris (Pollock, 2000)

Ed Harris interpretó en esta película al pintor Jackson Pollock. Como bien ocurre con muchos biopics, el actor decidió acercar sus costumbres lo máximo posible a las de su personaje. Es por ello que, por ejemplo, empezó a fumar tabaco Camel, tal y como hacía Pollock. Además, para parecerse más a él engordó trece kilos. Por último, Harris quiso meterse de lleno en el mundo de creación de su personaje e instaló un estudio de pintura en su casa en el que se dedicó a pintar como lo hacía Pollock.


Daniel Day-Lewis (En el nombre del padre, 1994)

El actor cuenta en su haber con una larga lista de curiosas preparaciones a sus papeles propias de un devoto a El Método. Entre ellas, destacamos en esta lista su preparación del papel de Gerard Conlon en En el nombre del padre. Para meterse en la piel de su personaje, Daniel Day-Lewis vivió encerrado en una celda donde le tiraban cubos de agua helada.


Kate Winslet (The Reader, 2009)

Otra de las facetas de El Método que muchos actores han experimentado es la relativa ya no tanto a las condiciones en que viven sus personajes sino a su forma de caminar, hablar o comportarse. Tal es el caso de Kate Winslet que interpretaba en The Reader a Hanna Schmitz, una mujer alemana. Es por ello que la actriz vivió durante el tiempo de preparación del personaje y el rodaje hablando continuamente con acento alemán. Tal fue su inmersión que incluso les leía los cuentos a sus hijos con este acento - pobres niños.





miércoles, 3 de febrero de 2016

Improvisando.

La Real Academia de la Lengua Española define improvisar como "hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación". La improvisación afecta a todos los campos de la vida, desde artes, como el teatro, a nosotros mismos en un examen - todos hemos tenido que improvisar en algún momento de nuestras vidas, con mayor o menor éxito.

Si bien detrás de cada película hay excelentes equipos de guionistas que se encargan de desarrollar la trama y transformar las ideas en diálogos y acciones, el Séptimo Arte tampoco se libra de la improvisación y no son pocas las escenas que han surgido de la improvisación de sus protagonistas - muchas de ellas forman hoy parte de la Historia del cine. La comedia suele ser el género que más se presta a este tipo de improvisación puesto que suele ir directamente relacionada con la frescura, a la cual improvisar ayuda mucho. Sin embargo, la historia ha demostrado que la improvisación no entiende realmente de géneros y alcanza también otros géneros que, a simple vista, pueden parecer mucho más metódicos, como el thriller o el drama.

La improvisación en el cine puede adoptar muchas formas: desde la más común, que es la improvisación por parte de los guionistas, capaces de cambiar repentinamente el guión para adaptarlo a nuevas necesidades o circunstancias, a la improvisación por parte de los actores, que hacen en muchas ocasiones relucir a los grandes intérpretes, y que pueden ser tanto voluntarias como involuntarias. Aquí presentamos pues algunas de las escenas más importantes del fenómeno de la improvisación.

El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991)


Esta escena es de las más sorprendentes de la lista y más conociendo su origen. Si algo llama la atención en la frase de Hannibal Lecter, interpretado por Anthony Hopkins, no es sólo la precisión en cuanto a sus gustos sino el sonido final que Hopkins hace al terminar la frase y del que el espectador se queda prendado. Pues bien, este sonido concreto no fue ideado por los guionistas sino que fue el director de la cinta quien, al escuchar a Hopkins molestar a su compañera de reparto Jodie Foster con el sonidito, decidió que debía estar en la película. La verdad es que es una excelente idea para un personaje como el de Hannibal Lecter, que da cuanto menos mal rollito.




El caballero oscuro (Christopher Nolan, 2008)


No es ninguna novedad que el papel del Heath Ledger en esta película de Batman como el Joker es una de las mejores interpretaciones de la Historia del cine. Su magia crece aún más con este último dato: no toda la interpretación estaba en el guión y es el propio Heath el que está detrás de uno de los momentos más característicos de su Joker. Una vez es arrestado por la policía, Jim Gordon es ascendido al rango superior del Cuerpo, por lo que todos sus compañeros le aplauden para felicitarle. Es entonces cuando Heath Ledger se unió a ese aplauso con el sello de identidad del Joker: aplaude con burla, sin ningún tipo de gesto en su cara, provocando en el espectador una sensación algo incómoda. Esto no estaba previsto en guión ni por Nolan pero este momento tan escalofriante fue finalmente incluido en la escena y es hoy uno de los momentos más emblemáticos del Joker de Heath Ledger.



Tiburón (Steven Spielberg, 1975)

La improvisación no se limita a gestos, como en los dos ejemplos anteriores, sino que en muchas ocasiones los actores improvisan frases o diálogos que muchas veces terminan convirtiéndose en grandes citas de las película. Tal es el caso del archiconocido film de Spielberg y una de las frases que primero se nos vienen a la mente al pensar en el mismo. Martin Brody (Roy Scheider) encuentra el famoso tiburón que da título a la película y debía entonces, de acuerdo con el guión, mostrar sorpresa - lo que cabría esperar de un momento como ese. Sin embargo, en lugar de limitarse a eso, el actor pronunció la frase "You're gonna need a bigger boat" (Vas a necesitar un barco más grande). Y esa frase se convirtió en una de las más famosas de la película de Spielberg.



Aliens: el regreso (James Cameron, 1986)

Algo parecido a lo sucedido en Tiburón es el origen de una de las frases de otro gran título de la Historia del cine, como es Aliens: El regreso. En este caso, William Hudson, interpretado por Bill Paxton, debía entrar en pánico cuando la nave de los marines se estrellase contra el suelo, de acuerdo con el guión. Sin embargo, tal y como hizo Scheider en Tiburón, el actor decidió añadirle una frase que ha pasado a la historia y con la que hizo su particular homenaje al mundo de los videojuegos en plena década de los ochenta: "Game over, man". 


Dos tontos muy tontos (Peter y Robert Farrelly, 1994)

El último ejemplo de nuestra lista va a ser, esta vez sí, una comedia que, como ya hemos dicho, es posiblemente el género que mejor se presta a la interpretación. Este caso es además distinto del resto por la forma de la improvisación. Estamos hablando de la escena en que Lloyd (Jim Carrey) y Harry (Jeff Daniels) acompañan a Mental en el coche en un viaje muy peculiar para éste. Pues bien, Carrey y Daniels decidieron planear la escena al completo, sin seguir el guión, sin avisar a Mike Starr (Mental) para que su sorpresa al descubrir la curiosa personalidad de la pareja protagonista fuese real. Así pues, en este caso, Jim Carrey y Jeff Daniels optaron ya no por improvisar ellos mismos sino por dotar a la escena de una espontaneidad palpable, como en toda comedia que se precie, aunque por ello su compañero de rodaje pasase seguramente un rato cuanto menos extraño.






martes, 2 de febrero de 2016

El Día de la Marmota.

Bill Murray, o, mejor dicho, su alter ego en Atrapado en el Tiempo (1993), Phil Connors vivió en bucle durante lo que su director Harold Ramis estima que fueron hasta 30 o 40 años el famoso Día de la Marmota acompañado de su marmota tocaya, Punxsutawney Phil.

Pero... ¿Qué es el famoso Día de la Marmota?

Hoy, 2 de febrero es el Día de la Marmota. Todo empezó como un método folclórico, utilizado sobre todo por granjeros de Estados Unidos y Canadá, que les ayudaba a predecir cuándo acabaría el invierno con la ayuda del animalillo que da nombre a tal fenómeno. En efecto, si la marmota sale de su madriguera y no ve su sombra por ser un día nublado, entonces significa que el invierno terminaría pronto, mientras que si, al contrario, la marmota sí ve su sombra, entonces quedan aún seis semanas de invierno en Norteamérica. Fue la religión quien señaló este día concreto en el calendario como el Día de la Candelaria, en que los sacerdotes, hace años, bendecían velas y las repartían. Fue así como, primero los romanos y después los alemanes, se percataron de que el tiempo que hiciese ese día, hoy el 2 de febrero, que señala aproximadamente la mitad del período entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, marcaría la llegada, inminente o no, del final del invierno. Los alemanes utilizaban un erizo a tal efecto pero, una vez exportaron la costumbre en su viaje a Pensilvania, el erizo dejó paso a la marmota, que están allí mucho más repartidas.



Muchas marmotas a lo largo y ancho de los Estados Unidos y de Canadá celebran hoy su día especial, dando sus peculiares pronósticos. Sin embargo, desde hace más de un siglo, la predicción más famosa se hace en el pueblo de Punxsutawney, en el Estado de Pensilvania y es por ello que Ramis localizó allí la historia de Phil Connors, que vive en bucle el famoso Día de la Marmota - aunque realmente la película fuese grabada en Woodstock, en el Estado de Illinois, donde incluso se conservan dos placas honoríficas al film. Cada año, el día 2 de febrero Punxsutawney se viste de gala, con música y comida, para dejar que Phil salga de su casa en Gobbler's Knob con su mujer y su hija y se ponga en faena. La estrella del pueblo cuenta con The Inner Circle, un grupo selecto que se encarga de cuidarla durante todo el año, así como de organizar su gran fiesta. Y para quien se lo pregunte, sí, aunque los habitantes de Punxsutawney intenten engañarnos (y engañarse), las marmotas no suelen vivir más de seis años, por lo que es más que probable que las pequeñas Phil se hayan ido sucediendo a lo largo de estos más de cien años, como si nada.



Por descabellado que parezca el método, los defensores del Día de la Marmota estiman su éxito en más de un 75%, si bien un estudio realizado en treinta o cuarenta pueblos de Canadá limitó la precisión del pronóstico a menos del 40%.