miércoles, 18 de mayo de 2016

Mitad real, mitad dibujo

Quién engañó a Roger Rabbit es una película muy adelantada a su época puesto que, si bien no fue la primera en conseguir mezclar personajes animados y actores de carne y hueso, lo hizo con una calidad inimaginable a finales de los años ochenta que conquistó tanto al público como a la crítica. La magia del cine había llegado a juntar incluso al mítico bailarín Gene Kelly y el ratón Jerry.





Se podría decir que esta película se divide en dos películas diferentes en lo que a producción se refiere: por un lado, la acción real fue dirigida por Robert Zemeckis y rodada en Hollywood; mientras que Richard Williams se hizo cargo de la animación en su estudio de Londres. El proceso duró más de tres años.

Hoy en día, no es raro hablar de la animación CGI, insertada habitualmente en la imagen a través de figuras en croma (como en Juego de Tronos). Sin embargo, en la época en que Roger Rabbit conquistó la taquilla, estos efectos especiales eran inimaginables: todos los personajes de animación de la película fueron dibujados a mano. Además, los dibujos compartían plano con actores de carne y hueso, por lo que se utilizaron distintos efectos y juegos de iluminación para darles sombra y conseguir ese fabuloso efecto tridimensional que desprenden. Quién engañó a Roger Rabbit se convirtió además en un homenaje a la animación: consiguió reunir a personajes de casas rivales, como Donald, Betty Boop o Bugs Bunny.



Pero la parte no animada también resultó extremadamente avanzada para la época: se utilizaron diversos tipos de película y de sensibilidad según la escena e incluso se construyó una nueva cámara de fibra de vidrio, Visaflex.

Además, en el caso de esta película, a diferencia de ejemplos actuales, los actores no utilizaban muñecos ni nada por el estilo sino que hablaban, interactuaban e incluso agarraban la nada donde después estarían insertados Roger y compañía. Los actores contaban incluso con un entrenador ('mind coach') que les ayudaba a visualizar sus compañeros animados aún inexistentes.

La relación de los dibujos con los objetos también resultaba complicada. Los objetos reales que estos dibujos movían eran en realidad movidos por un excelente experto en marionetas. Cuando el movimiento era más preciso (por muy bueno que fuese el chico de las marionetas) se empleaba un brazo mecánico que luego era sustituido por el personaje animado en cuestión: ¡así consiguieron que un brazo mecánico fumase un puro! Estos brazos también tenían dispositivos en sus extremos para aprehender objetos si fuese necesario. Y eso no es todo... ¿Cómo hacían, por ejemplo, para mover el agua del fregadero en el que Roger estaba metido? Pues mediante unos motores que producían el efecto de chapoteo. Otro ejemplo es el propio Bob Hoskins simulando el conejo al que estaba unido por unas esposas, girando la muñeca para conseguir moverlas él mismo - ¡todo un arte! Lo cierto es que Hoskins demostró un talento enorme e hizo posible en gran parte esta combinación. Esta escena fue una de las más difíciles de rodar.


Aunque los actores consiguieron adaptarse a las circunstancias, la producción de la película dispuso unos muñecos con la forma de Roger y compañía para las escenas difíciles, en que los actores actuaban frente al mismísimo aire, en palabras de Hoskins, o simplemente para ensayar y calcular distancias, por ejemplo, cuando el detective agarraba al conejo por las orejas.

Una de las escenas más difíciles y extrañas de rodar fue la persecución, y es que el coche que conducía Hoskins era animado. Por lo tanto, se construyó un vehículo parecido a un quad que luego sería sustituido por Benny The Cab.


Aunque sin duda, la escena más difícil de rodar fue esta, en la que se juntaron los dibujos Disney, los efectos especiales, los motores, las marionetas... En fin, todo un desafío.



Pero no podemos cerrar este post sin mencionarla a ella, Jessica Rabbit:










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