jueves, 26 de diciembre de 2013

Grinch.

Como estamos en épocas navideñas, toca hablar de grandes películas navideñas. Pero no todo en estas fiestas es alegre y familiar, sino que el cine nos ha traído a un personaje, entre otros, encargado de robar la navidad y traumatizar así a la generación del 2000. Este bicharraco no podía ser otro que EL GRINCH.

El Grinch es la segunda película navideña más taquillera de la historia (pronto hablaremos de la primera). Dirigida por Ron Howard, cuenta la historia del mismo personaje, interpretado por Jim Carrey, un monstruo feo de pelo verde que intenta robar la Navidad, basado en un cuento infantil de Dr. Seuss.

La historia de El Grinch se desarrolla en Villaquién, un pequeño pueblo situado en un copo de nieve habitado por los Quién. Entre toda la felicidad y alegría propia del pueblo se encuentra un personaje cínico y perverso que vive en lo alto de una montaña, el Grinch, que es obviamente odiado por todo el pueblo. Esta película esconde muchas curiosidades que merecen ser comentadas.

La versión estadounidense cuenta con un narrador de excepción, el mismísimo Anthony Hopkins (Hannibal Lekter, entre otros, para los amigos). Es más, Hopkins grabó toda la narración de las casi dos horas de película EN UN SOLO DÍA.

Sintiéndolo mucho, he de comunicaros que Villaquién no es un apacible pueblo sino que son casi tres kilómetros cuadrados de escenario construido en un plató de Universal y fue obviamente el decorado más grande jamás construido en dichos estudios. Pero no os preocupéis, que para visitarlo no tenéis más que viajar hasta Hollywood y hacer el tour de Universal Studios: es el escenario situado justo detrás del famoso Motel Bates de Psicosis.



Por último, es imposible hablar de esta película sin hacer referencia a la espectacular caracterización de Carrey - aunque no creo que él quiera recordarlo. Nuestro pobre Jim tardaba cada mañana cerca de dos horas en transformarse en el monstruito verde y cerca de una hora en quitárselo al acabar la jornada - de ahí que se autoproclamase como maestro zen de la silla de maquillaje. Es más, ninguna película había usado tanto maquillaje desde 1939, con El Mago De Oz.

Tanto maquillaje, tanto plató, tanto narrador,... Todo para conseguir la segunda película navideña más taquillera de la historia y que consiguió atormentar las navidades de millones de niños en todo el mundo.

martes, 24 de diciembre de 2013

TRUMAN.

Como ya ha intentado demostrar este blog (y seguirá intentando) el cine es algo más que un par de horas en las que echarse unas risas o llorar como una magdalena. Detrás de una película hay una persona encargada del más mínimo detalle, a simple vista imperceptible.

Un ejemplo de esto rodea la película El show de Truman, que, seguramente, muchos conozcáis. La película cuenta la historia de Truman, interpretado por Jim Carrey, un hombre que vive su vida, sin saberlo, dentro de un reality show en que todo lo que le rodea es falso, tanto lugares como personas. El reality tiene un enorme éxito y lleva siguiendo a Truman desde que nació hace treinta años con un canal dedicado 24 horas al afable vendedor de seguros.
Merodear entre las curiosidades de esta cinta, emblema del cine de los últimos años, lleva a la historia detrás de cada uno de sus nombres que no hace más que demostrar una vez más la magia del cine.
En primer lugar, el protagonista de la historia es Truman, que en inglés significa "hombre verdadero" (true man). Esto tiene que ver mucho con el propio personaje ya que, técnicamente, es lo único real de todo el mundo paralelo: él es el único que no sabe que su vida no es más que una pantomima y que nada de lo que le rodea es verdadero.
 El mundo de Truman se desarrolla en Seahaven, "refugio en el mar" en la lengua de Shakespeare. No quiero desvelaros el final de la historia pero digamos que esto tiene bastante que ver con la historia, ya que el miedo al mar de Truman es lo que le impide salir de su ciudad y, por lo tanto, descubrir la realidad.
Además, el lema de Seahaven es el lema de la película en sí misma: Omnis pro uno (Todos para uno) Teniendo en cuenta que en la película miles de personas se han movilizado para construir un mundo paralelo entorno a un único personaje, Truman, este lema adquiere especial significado.
Detrás de todo este reality show, se encuentra Christof, productor del programa, que no es más que una abreviación de Christofer (El que lleva al mesías). En efecto, Christof es el encargado de manipular y dirigir la vida de Truman, considerado un héroe, en el sentido más literal.

Como veis, el cine llega muchas veces más lejos de lo que todos imaginamos y se vuelve un arte de escritura, imagen y sonido digno de admirar. Gracias Peter Weir, director de la película, y a su guionista, Andrew Niccol, por hacernos una vez más creer en el séptimo arte.

F. P. S.

Mucho tiempo de espera, lo sé, pero espero que esto pueda compensar la espera.

¿Quién no ha oído hablar en estas Navidades de El Hobbit: La desolación de Smaug, lo nuevo de Peter Jackson? Se trata efectivamente de la segunda parte de la segunda saga de Jackson que sigue a Bilbo Bolsón en su viaje con Gandalf y los trece enanos.

Como ya haría la primera parte de la saga, La desolación de Smaug puede suponer una experiencia totalmente nueva en el cine que se resume en tres letras, HFR. Seguro que muchos os habéis preguntado qué significan exactamente estas letras además de unos euros más en la taquilla de cine. El secreto está en los fotogramas por segundo. Para que os hagáis una idea, lo normal en una película son 24 fotogramas que pasan por cada segundo de película. Bien, pues Peter Jackson, como ya lo haría con la primera parte de la saga, revoluciona los fotogramas por segundo y, nada más y nada menos que lo dobla. Así es, por cada segundo de la sesión HFR de El Hobbit: La desolación de Smaug transcurren ¡CUARENTA Y OCHO FOTOGRAMAS!
Esto suponen por lo tanto el doble de detalles que apreciar, lo cual es tarea dura para el director. La primera parte, El Hobbit: Un viaje inesperado, ya sufrió las críticas propias de cualquier innovación. En este caso, se decía que Peter Jackson no había sabido aprovechar bien este número de fotogramas y que el mayor detalle también conllevaba una mejor apreciación de cualquier error, aunque minúsculo.
Jackson dice haber mejorado la tecnología para esta nueva entrega. ¿Qué pensáis? ¿Cómo veis esta nueva imagen?