lunes, 8 de febrero de 2016

Be water, my friend.

No es la primera vez que mencionamos algunos aspectos de la vida del actor que la hacen algo más dura de lo que podríamos pensar el resto de los mortales. Esto se nota sobre todo en lo que se refiere a la preparación de papeles. Si hace unas semanas, veíamos los problemas de los cambios de peso de los actores, hoy hablamos de El Método, mediante el cual los actores buscan mimetizarse con su personaje para interpretarlo a la perfección.

Tom Cruise (Collateral, 2004)

Tom Cruise interpreta en Collateral uno de los pocos papeles de villano que ha tenido a lo largo de su carrera. Para ser más exactos, en la cinta interpreta a un asesino en serie. No, tranquilos, Tom no mató a nadie para preparar su papel. En su lugar, una de las principales cualidades de un asesino es el pasar desapercibido entre la multitud, cosa que Cruise tiene muy complicado dada su popularidad. Es por ello que, como si de El Jefe Infiltrado se tratase, el actor se camufló y trabajó como repartidor de FedEx. Para sorpresa de todos, Cruise consiguió su objetivo y no fue reconocido por nadie.


Adrien Brody (El Pianista, 2002)

Representar a una víctima del Holocausto no tiene que ser cosa fácil, y menos bajo las órdenes del excéntrico director Roman Polanski. Es por ello que Brody intentó buscar la mejor forma de llevar a cabo este papel a la perfección. Finalmente, dio con la respuesta: necesitaba sentir que lo había perdido todo, como su personaje en la película. Es por ello que se deshizo de todas sus pertenencias, desde sus coches hasta su teléfono móvil, y hasta cortó con su novia, tratando así de sumirse en una tristeza y un vacío que obviamente ni rozaban el de su personaje en El Pianista pero que bien podrían ayudarle a expresar lo que podía sentir su personaje.



Ed Harris (Pollock, 2000)

Ed Harris interpretó en esta película al pintor Jackson Pollock. Como bien ocurre con muchos biopics, el actor decidió acercar sus costumbres lo máximo posible a las de su personaje. Es por ello que, por ejemplo, empezó a fumar tabaco Camel, tal y como hacía Pollock. Además, para parecerse más a él engordó trece kilos. Por último, Harris quiso meterse de lleno en el mundo de creación de su personaje e instaló un estudio de pintura en su casa en el que se dedicó a pintar como lo hacía Pollock.


Daniel Day-Lewis (En el nombre del padre, 1994)

El actor cuenta en su haber con una larga lista de curiosas preparaciones a sus papeles propias de un devoto a El Método. Entre ellas, destacamos en esta lista su preparación del papel de Gerard Conlon en En el nombre del padre. Para meterse en la piel de su personaje, Daniel Day-Lewis vivió encerrado en una celda donde le tiraban cubos de agua helada.


Kate Winslet (The Reader, 2009)

Otra de las facetas de El Método que muchos actores han experimentado es la relativa ya no tanto a las condiciones en que viven sus personajes sino a su forma de caminar, hablar o comportarse. Tal es el caso de Kate Winslet que interpretaba en The Reader a Hanna Schmitz, una mujer alemana. Es por ello que la actriz vivió durante el tiempo de preparación del personaje y el rodaje hablando continuamente con acento alemán. Tal fue su inmersión que incluso les leía los cuentos a sus hijos con este acento - pobres niños.





miércoles, 3 de febrero de 2016

Improvisando.

La Real Academia de la Lengua Española define improvisar como "hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación". La improvisación afecta a todos los campos de la vida, desde artes, como el teatro, a nosotros mismos en un examen - todos hemos tenido que improvisar en algún momento de nuestras vidas, con mayor o menor éxito.

Si bien detrás de cada película hay excelentes equipos de guionistas que se encargan de desarrollar la trama y transformar las ideas en diálogos y acciones, el Séptimo Arte tampoco se libra de la improvisación y no son pocas las escenas que han surgido de la improvisación de sus protagonistas - muchas de ellas forman hoy parte de la Historia del cine. La comedia suele ser el género que más se presta a este tipo de improvisación puesto que suele ir directamente relacionada con la frescura, a la cual improvisar ayuda mucho. Sin embargo, la historia ha demostrado que la improvisación no entiende realmente de géneros y alcanza también otros géneros que, a simple vista, pueden parecer mucho más metódicos, como el thriller o el drama.

La improvisación en el cine puede adoptar muchas formas: desde la más común, que es la improvisación por parte de los guionistas, capaces de cambiar repentinamente el guión para adaptarlo a nuevas necesidades o circunstancias, a la improvisación por parte de los actores, que hacen en muchas ocasiones relucir a los grandes intérpretes, y que pueden ser tanto voluntarias como involuntarias. Aquí presentamos pues algunas de las escenas más importantes del fenómeno de la improvisación.

El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991)


Esta escena es de las más sorprendentes de la lista y más conociendo su origen. Si algo llama la atención en la frase de Hannibal Lecter, interpretado por Anthony Hopkins, no es sólo la precisión en cuanto a sus gustos sino el sonido final que Hopkins hace al terminar la frase y del que el espectador se queda prendado. Pues bien, este sonido concreto no fue ideado por los guionistas sino que fue el director de la cinta quien, al escuchar a Hopkins molestar a su compañera de reparto Jodie Foster con el sonidito, decidió que debía estar en la película. La verdad es que es una excelente idea para un personaje como el de Hannibal Lecter, que da cuanto menos mal rollito.




El caballero oscuro (Christopher Nolan, 2008)


No es ninguna novedad que el papel del Heath Ledger en esta película de Batman como el Joker es una de las mejores interpretaciones de la Historia del cine. Su magia crece aún más con este último dato: no toda la interpretación estaba en el guión y es el propio Heath el que está detrás de uno de los momentos más característicos de su Joker. Una vez es arrestado por la policía, Jim Gordon es ascendido al rango superior del Cuerpo, por lo que todos sus compañeros le aplauden para felicitarle. Es entonces cuando Heath Ledger se unió a ese aplauso con el sello de identidad del Joker: aplaude con burla, sin ningún tipo de gesto en su cara, provocando en el espectador una sensación algo incómoda. Esto no estaba previsto en guión ni por Nolan pero este momento tan escalofriante fue finalmente incluido en la escena y es hoy uno de los momentos más emblemáticos del Joker de Heath Ledger.



Tiburón (Steven Spielberg, 1975)

La improvisación no se limita a gestos, como en los dos ejemplos anteriores, sino que en muchas ocasiones los actores improvisan frases o diálogos que muchas veces terminan convirtiéndose en grandes citas de las película. Tal es el caso del archiconocido film de Spielberg y una de las frases que primero se nos vienen a la mente al pensar en el mismo. Martin Brody (Roy Scheider) encuentra el famoso tiburón que da título a la película y debía entonces, de acuerdo con el guión, mostrar sorpresa - lo que cabría esperar de un momento como ese. Sin embargo, en lugar de limitarse a eso, el actor pronunció la frase "You're gonna need a bigger boat" (Vas a necesitar un barco más grande). Y esa frase se convirtió en una de las más famosas de la película de Spielberg.



Aliens: el regreso (James Cameron, 1986)

Algo parecido a lo sucedido en Tiburón es el origen de una de las frases de otro gran título de la Historia del cine, como es Aliens: El regreso. En este caso, William Hudson, interpretado por Bill Paxton, debía entrar en pánico cuando la nave de los marines se estrellase contra el suelo, de acuerdo con el guión. Sin embargo, tal y como hizo Scheider en Tiburón, el actor decidió añadirle una frase que ha pasado a la historia y con la que hizo su particular homenaje al mundo de los videojuegos en plena década de los ochenta: "Game over, man". 


Dos tontos muy tontos (Peter y Robert Farrelly, 1994)

El último ejemplo de nuestra lista va a ser, esta vez sí, una comedia que, como ya hemos dicho, es posiblemente el género que mejor se presta a la interpretación. Este caso es además distinto del resto por la forma de la improvisación. Estamos hablando de la escena en que Lloyd (Jim Carrey) y Harry (Jeff Daniels) acompañan a Mental en el coche en un viaje muy peculiar para éste. Pues bien, Carrey y Daniels decidieron planear la escena al completo, sin seguir el guión, sin avisar a Mike Starr (Mental) para que su sorpresa al descubrir la curiosa personalidad de la pareja protagonista fuese real. Así pues, en este caso, Jim Carrey y Jeff Daniels optaron ya no por improvisar ellos mismos sino por dotar a la escena de una espontaneidad palpable, como en toda comedia que se precie, aunque por ello su compañero de rodaje pasase seguramente un rato cuanto menos extraño.






martes, 2 de febrero de 2016

El Día de la Marmota.

Bill Murray, o, mejor dicho, su alter ego en Atrapado en el Tiempo (1993), Phil Connors vivió en bucle durante lo que su director Harold Ramis estima que fueron hasta 30 o 40 años el famoso Día de la Marmota acompañado de su marmota tocaya, Punxsutawney Phil.

Pero... ¿Qué es el famoso Día de la Marmota?

Hoy, 2 de febrero es el Día de la Marmota. Todo empezó como un método folclórico, utilizado sobre todo por granjeros de Estados Unidos y Canadá, que les ayudaba a predecir cuándo acabaría el invierno con la ayuda del animalillo que da nombre a tal fenómeno. En efecto, si la marmota sale de su madriguera y no ve su sombra por ser un día nublado, entonces significa que el invierno terminaría pronto, mientras que si, al contrario, la marmota sí ve su sombra, entonces quedan aún seis semanas de invierno en Norteamérica. Fue la religión quien señaló este día concreto en el calendario como el Día de la Candelaria, en que los sacerdotes, hace años, bendecían velas y las repartían. Fue así como, primero los romanos y después los alemanes, se percataron de que el tiempo que hiciese ese día, hoy el 2 de febrero, que señala aproximadamente la mitad del período entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, marcaría la llegada, inminente o no, del final del invierno. Los alemanes utilizaban un erizo a tal efecto pero, una vez exportaron la costumbre en su viaje a Pensilvania, el erizo dejó paso a la marmota, que están allí mucho más repartidas.



Muchas marmotas a lo largo y ancho de los Estados Unidos y de Canadá celebran hoy su día especial, dando sus peculiares pronósticos. Sin embargo, desde hace más de un siglo, la predicción más famosa se hace en el pueblo de Punxsutawney, en el Estado de Pensilvania y es por ello que Ramis localizó allí la historia de Phil Connors, que vive en bucle el famoso Día de la Marmota - aunque realmente la película fuese grabada en Woodstock, en el Estado de Illinois, donde incluso se conservan dos placas honoríficas al film. Cada año, el día 2 de febrero Punxsutawney se viste de gala, con música y comida, para dejar que Phil salga de su casa en Gobbler's Knob con su mujer y su hija y se ponga en faena. La estrella del pueblo cuenta con The Inner Circle, un grupo selecto que se encarga de cuidarla durante todo el año, así como de organizar su gran fiesta. Y para quien se lo pregunte, sí, aunque los habitantes de Punxsutawney intenten engañarnos (y engañarse), las marmotas no suelen vivir más de seis años, por lo que es más que probable que las pequeñas Phil se hayan ido sucediendo a lo largo de estos más de cien años, como si nada.



Por descabellado que parezca el método, los defensores del Día de la Marmota estiman su éxito en más de un 75%, si bien un estudio realizado en treinta o cuarenta pueblos de Canadá limitó la precisión del pronóstico a menos del 40%.