Tom Cruise (Collateral, 2004)
Tom Cruise interpreta en Collateral uno de los pocos papeles de villano que ha tenido a lo largo de su carrera. Para ser más exactos, en la cinta interpreta a un asesino en serie. No, tranquilos, Tom no mató a nadie para preparar su papel. En su lugar, una de las principales cualidades de un asesino es el pasar desapercibido entre la multitud, cosa que Cruise tiene muy complicado dada su popularidad. Es por ello que, como si de El Jefe Infiltrado se tratase, el actor se camufló y trabajó como repartidor de FedEx. Para sorpresa de todos, Cruise consiguió su objetivo y no fue reconocido por nadie.
Adrien Brody (El Pianista, 2002)
Representar a una víctima del Holocausto no tiene que ser cosa fácil, y menos bajo las órdenes del excéntrico director Roman Polanski. Es por ello que Brody intentó buscar la mejor forma de llevar a cabo este papel a la perfección. Finalmente, dio con la respuesta: necesitaba sentir que lo había perdido todo, como su personaje en la película. Es por ello que se deshizo de todas sus pertenencias, desde sus coches hasta su teléfono móvil, y hasta cortó con su novia, tratando así de sumirse en una tristeza y un vacío que obviamente ni rozaban el de su personaje en El Pianista pero que bien podrían ayudarle a expresar lo que podía sentir su personaje.
Ed Harris (Pollock, 2000)
Ed Harris interpretó en esta película al pintor Jackson Pollock. Como bien ocurre con muchos biopics, el actor decidió acercar sus costumbres lo máximo posible a las de su personaje. Es por ello que, por ejemplo, empezó a fumar tabaco Camel, tal y como hacía Pollock. Además, para parecerse más a él engordó trece kilos. Por último, Harris quiso meterse de lleno en el mundo de creación de su personaje e instaló un estudio de pintura en su casa en el que se dedicó a pintar como lo hacía Pollock.
Daniel Day-Lewis (En el nombre del padre, 1994)
El actor cuenta en su haber con una larga lista de curiosas preparaciones a sus papeles propias de un devoto a El Método. Entre ellas, destacamos en esta lista su preparación del papel de Gerard Conlon en En el nombre del padre. Para meterse en la piel de su personaje, Daniel Day-Lewis vivió encerrado en una celda donde le tiraban cubos de agua helada.
Kate Winslet (The Reader, 2009)
Otra de las facetas de El Método que muchos actores han experimentado es la relativa ya no tanto a las condiciones en que viven sus personajes sino a su forma de caminar, hablar o comportarse. Tal es el caso de Kate Winslet que interpretaba en The Reader a Hanna Schmitz, una mujer alemana. Es por ello que la actriz vivió durante el tiempo de preparación del personaje y el rodaje hablando continuamente con acento alemán. Tal fue su inmersión que incluso les leía los cuentos a sus hijos con este acento - pobres niños.
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