Hoy vamos a aprender un término muy utilizado por grandes directores como Hitchcock o Tarantino. Se trata del MacGuffin. Esta es la forma que tiene el cine de denominar a esos objetos que tanto molestan al espectador - parece que son importantes porque captan su atención y luego no resultan ser nada. A todos nos ha pasado, ¿verdad? Técnicamente, un MacGuffin es un elemento de suspense que ayuda a los personajes a avanzar en la trama pero que no tiene más relevancia. Este término fue creado por el propio Hitchcock que es un asiduo en esto de jugar con la percepción de sus espectadores.
Desde el cerdo de la película de Los Simpson, que desaparece a mitad de película sin dejar rastro, hasta la famosa madre de Como Conocí a Vuestra Madre, que si bien es la excusa para toda la serie, no tiene mayor relevancia en ella y no aparece hasta la última temporada, este tipo de elementos son una práctica más que habitual en el cine y televisión.
Uno de mis favoritos procede de una de mis películas favoritas de uno de mis directores favoritos, que no podía ser otra que Pulp Fiction, del gran Quentin Tarantino. Seguro que todos, tras haber visto esta película, recordamos el famoso maletín que nos persigue. El contenido de este maletín ha sido objeto de debates, cábalas, polémicas y hasta preguntas al mismísimo director. ¿Su respuesta? "Lo que hay en el maletín es lo que cada cual piensa que hay." Lo siento Quentin, pero nos quedamos igual. Los sabios de foros y demás lugares de reunión han llegado a hacer alusión al alma de Marcellus Wallace como el contenido del susodicho - por las distintas referencias bíblicas que rodean las escenas con el maletín. Podemos pues hablar aquí, como el propio director reconoció, que se trata de un MacGuffin que no necesitaba tanta reflexión. Este maletín ayuda a avanzar la trama y a los dos personajes principales, es decir, Jules y Vincent, y las distintas escenas provocan la expectación en el espectador. Sin embargo, una vez llegados al final de la película, nos damos cuenta que el maletín no tenía más importancia que esa, que la de crear expectación pero que ni el objeto en sí ni su contenido tenían verdadera relevancia.
El coautor de la película, Roger Avery, reconoció que "originalmente el maletín contuvo diamantes. Pero simplemente era demasiado aburrido y predecible. Así que se decidió que el contenido del maletín nunca sería revelado. De esta manera cada persona del público llenaría el espacio en blanco con su propio contenido. Lo que se suponía era que la audiencia tuviera en mente es que era algo "muy hermoso". Ningún jefe de utilería puede proponer algo mejor que la imaginación de cada individuo." Digamos pues que a Avery le hizo gracia jugar con nuestra imaginación y nuestro amor por Pulp Fiction.
El maletín de Pulp Fiction es pues un simple elemento de MacGuffin que hoy en día se ha convertido en uno de los grandes misterios del cine, debatido por propios y extraños. No hay más que ver esta imagen para darse cuenta de la importancia de la gracia.
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